CASTILLA Y LEóN
Actualizado 06/12/2020 09:50:30

El coordinador de los estudios en la Universidad de Valladolid, Raúl Martín Herranz, considera que este cambio es “una apuesta evidente” por el perfil sanitario del óptico-optometrista. La decana del Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León, Inmaculada Aparicio, destaca este "gran paso para que podamos funcionar coordinadamente con otros profesionales, lo que nos reforzará como sanitarios en la sociedad"

Tras dos años de intenso trabajo y dedicación, el Grado en Óptica y Optometría de la Universidad de Valladolid (UVa) afronta este curso 2020/2021 con grandes novedades, al recibir a la primera promoción que estrena el nuevo plan de estudios, aprobado por la institución académica y las agencias de calidad ANECA y ACSUCyL y que introduce avances significativos “que esperamos se traduzcan en una mejora de la formación y cualificación de nuestros egresados”, tal y como explica Raúl Martín Herranz, coordinador de estos estudios en la Uva, la única que ofrece esta titulación en Castilla y León.

La primera novedad es que el Grado se adscribe al Área de Ciencias de la Salud, lo que permitirá la realización de prácticas en los centros sanitarios públicos gracias al convenio entre Sanidad de Castilla y León (SACYL) y la institución académica. “En dos o tres años estaremos en condiciones de dotar de profesionales ópticos a los centros de salud y hospitales con un programa completo y programado de prácticas”, añade Martín Herranz.

En los innovadores estudios de Grado también se han reestructurado diferentes asignaturas, apostando por una formación basada en competencias que incluye clases de Optometría desde el primer curso. Otro aspecto relevante es que se ha incluido una asignatura obligatoria centrada en la formación sobre habilidades de comunicación profesional del óptico-optometrista, una iniciativa pionera en España.

“Este nuevo programa formativo es una apuesta de la UVa por modernizar y actualizar sus grados y un ejemplo del compromiso de los docentes y alumnos, que han participado en el largo proceso de modificación de un plan de estudios, no exento de burocracia”, según comenta el también profesor de Optometría en esta universidad vallisoletana.

Apuesta por el perfil sanitario de estos profesionales

Se trata de un cambio necesario que constituye “una prueba evidente de la apuesta de la UVa por el perfil sanitario que tiene la profesión de óptico-optometrista, tal y como recogen la legislación y las recomendaciones internacionales”, en palabras del experto.

Sobre esta nueva adscripción, la decana del Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (COOCYL), Inmaculada Aparicio, asegura que estamos “ante un gran paso para que podamos funcionar de forma coordinada con otros profesionales sanitarios, lo que nos reforzará como sanitarios en la sociedad en general”, al tiempo que reconoce “la dedicación y el gran trabajo realizado por Raúl Martín y su equipo para alcanzar este gran logro que afianza la evolución del futuro de la Óptica y la Optometría”.

En la misma línea, la secretaria general de COOCYL, Ana Belén Cisneros, destaca cómo, desde el primer momento, el Colegio ha mostrado todo su apoyo para que los estudios del Grado de Óptica y Optometría estuvieran incluidos en el área de Ciencias de la Salud. “Somos profesionales sanitarios al servicio de la población y al frente de la atención primaria en salud visual. Nos sentimos más identificados en este ámbito, y este reconocimiento es muy útil para seguir insistiendo en la inclusión de nuestro colectivo en el servicio público de salud de Castilla y León”, añade Cisneros.

Tiempos de pandemia

Pero es que, además, estos profesionales de la atención primaria visual son especialmente relevantes en tiempos de pandemia, cuando los recursos sanitarios se han visto obligados a estar “al 200% de su capacidad”, como también incide Raúl Martín Herranz, para garantizar el mejor servicio a los usuarios y pacientes.

“Podemos aportar nuestro granito de arena para que los recursos públicos de salud, como son los centros de salud, ambulatorios y hospitales, no se colapsen y los profesionales sanitarios puedan tener el tiempo necesario, no solo para los pacientes COVID-19, sino también para atender al resto de patologías, que no han desaparecido, aunque pueda parecerlo. La labor de la atención primaria puede resultar decisiva para optimizar los recursos e infraestructuras de la Comunidad Autónoma, garantizando una revisión de la salud visual a todos los ciudadanos que lo precisen de forma rápida, segura y eficiente, trabajando en coordinación con el resto de profesionales sanitarios de la red pública", asegura el profesional óptico-optometrista y profesor.

Esta reivindicación forma parte de la esencia de COOCYL, que desde hace años mantiene activa su lucha para lograr el reconocimiento de estos profesionales ante la Consejería de Sanidad y ante la sociedad castellanoleonesa. Como indica al respecto la decana del Colegio, “la evolución de nuestra profesión hacia el ámbito sanitario nos alienta en el proceso para ocupar nuestro lugar, tanto tiempo demandado, en la sanidad pública, sin olvidar nuestra labor, ya reconocida, en los establecimientos sanitarios de óptica”.

No en vano, el Colegio se encarga de velar por el cumplimiento y la defensa de los derechos y deberes de la profesión, promoviendo la formación continuada del óptico-optometrista y colaborando también con las administraciones públicas en actividades de prevención de las alteraciones de la salud visual; además, en los establecimientos sanitarios de óptica, la institución colegial se encarga de vigilar que siempre haya un óptico-optometrista al frente, para controlar así el intrusismo profesional, tal y como explica Ana Belén Cisneros.

Hacia el mundo laboral

Con este nuevo horizonte para el futuro profesional de los ópticos-optometristas, la Universidad de Valladolid mantiene una tasa de inserción laboral en torno al 91% de media desde el año 2013, cuando se graduó la primera promoción de una titulación que mantiene una media de 30-33 alumnos por curso.

Y aunque, según el Libro Blanco de la Visión, en torno al 94% de los profesionales ópticos-optometristas trabaja en establecimientos de óptica, sigue subiendo el porcentaje que se está incorporando a los servicios de Oftalmología, tanto en hospitales de la sanidad pública –en algunas comunidades donde hay convenios específicos, aunque Castilla y León no está entre ellas– como en empresas del sector, y también hay cada vez más investigadores.

Como recuerda el coordinador del Grado, en la actualidad hay seis graduados en la Universidad de Valladolid con contratos de investigación predoctorales, tanto en estudios sobre superficie ocular en el Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) como en el Departamento de Física TAO.

En este camino hacia la incorporación al mundo laboral, las relaciones de la Universidad con el COOCYL están siendo fundamentales. Como explica la decana, Inmaculada Aparicio, desde la creación de los estudios en la UVa hubo una estrecha relación con el Colegio, “reforzándose con el paso de los años a través de todos sus directores y culminando con la elección de nuestro compañero en la junta de Gobierno Raúl Martín Herranz como coordinador de los estudios, lo que nos lleva a tener colaboraciones de manera permanente”.

En la misma línea, el coordinador del Grado celebra ese “contacto estrecho que consideramos tan importante por ambas partes; desde la UVa se considera muy relevante estar al día sobre los cambios sociales y profesionales de nuestro sector para poder ofrecer soluciones desde el ámbito académico, bien introduciendo nuevos temas, asignaturas o competencias o bien proponiendo proyectos de investigación que ayuden a solucionar estos desafíos de la profesión”.

Una de las asignaturas más relevantes del último curso del Grado es la realización de prácticas en centros ópticos y, en este sentido, el Colegio informa y favorece la admisión de alumnos en los establecimientos de sus colegiados, contribuyendo así “a la formación de los futuros profesionales”, en palabras de Cisneros.

Además, COOCYL mantiene una actitud proactiva de cara a favorecer estas relaciones con los alumnos mediante acciones concretas, como la oferta del carné del Colegio para los alumnos de 3º y 4º, que les permite, entre otras ventajas, acceder con un descuento del 50% a los cursos de formación que organiza la institución colegial, “lo que, sin duda, tiene que ayudar y facilitar la transición del mundo universitario al entorno profesional una vez terminada la carrera”, añade Martín Herranz.

Asimismo, el Colegio colabora en la convocatoria de los premios al esfuerzo de los mejores alumnos, que este año no han podido otorgarse debido a la grave crisis sanitaria que padece el país y, en consecuencia, la mayoría de las empresas del sector, que también patrocinan estos galardones. Aun así, tanto el Colegio como la Universidad retomarán esta colaboración concreta el próximo año en beneficio de los estudiantes, que serán los futuros ópticos-optometristas.

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