La Mancomunidad de Tierras Altas ha conseguido unir voluntades para incrementar la calidad de vida de los vecinos de 16 municipios. Su catálogo de servicios es amplio y variado.
El 14 de enero de 1995 se constituyó la Mancomunidad de Tierras Altas, una entidad local que aglutina 16 municipios, abarca una extensión de 69.489 hectáreas, y recoge en su seno a unos 1.400 habitantes. A efectos legales goza de entidad jurídica propia con la consideración de Entidad Local. La práctica trasciende pues gracias a su labor los vecinos del considerado como uno de los mayores desiertos poblacionales de Europa tienen acceso a servicios que mejoran sustancialmente su calidad de vida.
La necesidad de una mancomunidad que gestionase, en conjunto, los intereses de varios municipios surgió en las Tierras Altas sorianas cuando la energía eólica llamó a las puertas de esta zona de la provincia. La intención era que todas las localidades se beneficiasen de la instalación de los molinos, independientemente de su ubicación en un término municipal u otro. Desde entonces, la Mancomunidad gestiona los ingresos que reporta esta energía limpia. Los fondos, que se complementan con subvenciones procedentes de distintas administraciones para alcanzar un presupuesto anual que ronda el millón de euros, sirven para mantener un amplio catálogo de prestaciones.
La Mancomunidad de Tierras Altas dispone de dos trabajadores permanentes que prestan un servicio “a la carta” a los Ayuntamientos de la Mancomunidad. Realizan labores de mantenimiento, limpieza de calles, arreglos de obra hidráulica,... Todo ello a demanda de los alcaldes.
“El trabajo es silencioso y con vocación de servicio al vecino”
Actualmente otros dos empleos refuerzan los efectivos disponibles gracias a las ayudas de la Diputación Provincial. “Estos dos trabajadores con los que contamos a mayores se ponen a disposición de los Ayuntamientos durante seis días para realizar pequeñas obras de albañilería o cualquier tipo de actuación que consideren oportuna”, explica Tomás Cabezón, presidente de la Mancomunidad.
Otro de los servicios que presta la entidad es la limpieza de las instalaciones que requieren los Ayuntamientos. Consultorios médicos, dependencias municipales, colegios, museos, iglesias,... “Coordinamos las necesidades y adaptamos la jornada para que se cubran todas o casi todas”, refiere Cabezón.
Además, una monitora deportiva (también contratada por la Mancomunidad) se encarga de que no falten los juegos escolares y las clases de mantenimiento. “Estos cursos no tienen un mínimo de usuarios porque el fin de la Mancomunidad es que todos los vecinos tengan acceso a los servicios”, afirma Cabezón.
Dos de los avances más importantes, y que ponen de relieve la importancia del trabajo silencioso de la Mancomunidad, llegaron en los ámbitos de la vialidad invernal y el servicio de incendios. Un convenio con la Diputación, cuatro bomberos voluntarios, un camión motobomba y una pick-up dotan a la zona con “lo necesario para afrontar una primera intervención y ganar tiempo hasta que llegan los efectivos del parque del parque más cercano”, aclara el presidente. Otro convenio de colaboración con la institución provincial, ha permitido que Tierras Altas sea más resistente a las grandes nevadas. “Ahora las máquinas quitanieves salen desde aquí y las carreteras están limpias mucho antes”, refuerza. Raquel Soria, agente de desarrollo de la Mancomunidad, resume que “estos dos convenios reflejan que la vocación de servicio al ciudadano es real”.
La Mancomunidad gestiona los Campos de Trabajo en el ámbito de la arqueología que, cada verano, estudian los vestigios del pasado en esta comarca. También en época estival se ponen en marcha las Escuelas de Verano. Estas, además de favorecer la conciliación de las familias, inciden en la formación de los más pequeños, reforzando valores tan importantes como la convivencia y “favoreciendo los vínculos entre municipios”, señala Raquel Soria.
También se incluye en este apartado el Taller de Empleo. “Gracias a esta iniciativa, que se enfocó hacia la industria agroalimentaria, y aprovechando las instalaciones que sirvieron para acogerla se levantó la Quesería Tierras Altas”, afirma Tomás Cabezón.
Otro de los puntales de la Mancomunidad es el turismo, potenciar los recursos de la comarca para que los pueblos sean atractivos para el visitante. El Plan de Dinamización Turística ha servido para estructurar todos estos recursos y que “cada municipio cuente con pequeños museos donde poner en valor lo propio”, refiere el presidente. Se ha potenciado el “turismo de experiencias” involucrando a los vecinos, por ejemplo, con el encendido de los hornos y “permitiéndoles explicar a los visitantes cómo se elaboraba el pan o unas migas”.
“Se ha reforzado el turismo abriéndonos al visitante”
Desde el estado de alarma muchos esfuerzos se dedicaron a intentar “sacar partido al potencial de Valdelavilla”. Cabezón explica que “gracias a la colaboración con Caja Rural, consultoras externas y los sectores de la hostelería y el comercio estamos a disposición de ofrecer al visitante un paquete completo y una comarca única”.
A corto plazo se espera que sea una realidad en la zona el proyecto de Museos Vivos. Este se sirve de las últimas tecnologías para que el turista pueda acceder a las infraestructuras turísticas en cualquier momento gracias a una aplicación.
En las oficinas de la Mancomunidad se gestionan los servicios, el personal y se buscan nuevas subvenciones, pero también se asesora en otros ámbitos. La Mancomunidad se involucró en la reapertura de la farmacia de Villar del Río. Trabajan para que la comarca disponga de una ambulancia permanente en el centro de salud. Y también trabajan en conseguir “proyectos concretos para acceder a los Fondos Europeos para la reconstrucción”.