El monarca avisa que “no va a ser nada fácil salir de esta situación”, pero señalaba que “no somos un pueblo que se rinda o se resista”. En un discuso de Nochebuena centrado en la pandemia y lo social el monarca felicitó las fiestas en todos los idiomas del Estado y destacó "la carga emocional y física” del personal sanitario.
Felipe VI se dirigió ayer a los españoles en su tradicional discurso de Nochebuena. Durante casi 15 minutos en una alocución sin novedades desde el Palacio Real el monarca habló de lo complicado que ha sido este año y de manera velada se refirió a la figura de su padre Juan Carlos I envuelto en numerosos escándalos de corrupción y prebendas.
“2020 ha sido un año muy duro y difícil”, comenzaba el Rey Felipe en alusión a la situación sanitaria pero también a la crisis económica. “Es lógico que el desánimo y la desconfianza estén presentes en tantos hogares”, reconocía, aunque pedía “afrontar el futuro con determinación y seguridad”.
El monarca respaldó las vacunas anti Covid que son “una gran esperanza” sin desdeñar la “responsabilidad individual” en un llamamiento a “no bajar la guardia. En su séptimo discurso desde que fue coronado quiso reconocer el trabajo de los sanitarios que trabajan “con una gran carga emocional y física”.
El discurso estuvo muy centrado en su carácter social y económico, dejando a un lado el tema de la unidad nacional que había centrado el discurso en las últimas ocasiones. “Un gran esfuerzo nacional en el que cada uno de lo mejor de sí mismo”, señalaba poniendo el foco en las personas, los jóvenes y en la idea de no dejar a nadie atrás.
Felipe VI se refirió a su viaje por toda España este verano, con visita incluida a Soria y a Vinuesa, donde “hemos visto el coraje y el nervio de este país”. En la puesta en escena destacaban dos banderas, la española y la de la Unión Europa, institución a la que señaló como clave para el futuro de España. Junto a ellos un pequeño plano de acebo era el único símbolo navideño en pantalla. Le acompañaban un ejemplar de la Constitución Española, “que representa un éxito de y para la democracia y la libertad”, y una foto del monarca y la Reina Letizia, mascarilla incluida, en su tour por España de este verano.
Alusión al Rey emérito
Mucho se había especulado durante esta semana sobre cómo afrontaría el monarca la delicada situación que vive su padre, el Rey Juan Carlos I, que se encuentra ahora mismo prácticamente expatriado y acosado por numerosos escándalos de corrupción que ponen en tela de juicio su papel como mediador, mandatario y representante internacional de España.
Ya al final del discurso el monarca señalaba que “junto a los principios democráticos y el deber de cumplir las leyes necesitamos también preservar los valores éticos”. Unos principios morales y éticos que “están por encima de cualquier consideración” incluidas “las personales y familiares”. Además, el Rey Felipe volvió a destacar el carácter “renovador” que inspira su reinado.
“No va a ser nada fácil salir de esta situación”, avisaba, pero señalaba que “no somos un pueblo que se rinda o se resista”. El monarca ofreció su compromiso con todos y para todos para un 2021 que “no será difícil que sea mejor que este 2020”.