La borrasca Filomena, que trae aire caliente y húmedo desde Canarias, dejará nieves al entrar en contacto con el aire frío de la península. Regiones poco habituales se preparan para la ‘nevada del siglo’ y las complicaciones podrían llegar a Castilla y León a última hora del viernes.
España se prepara para unos días de mucho frío y nieve. Desde este jueves y hasta el domingo la Agencia Estatal de Meteorología tiene programados alertas, amarillas y naranjas, que afectarán a todas las Comunidades Autónomas de la península. La mayoría de esos avisos son por nieve, hielos y temperaturas mínimas, aunque también los hay por vientos y por fenómenos meteorológicos adversos. Si este jueves 7 el mal tiempo se ha centrado en Castilla La Mancha, Valencia y la parte más oriental de Andalucía, el viernes 8 la más afectada será la meseta norte y la cordillera cantábrica y de cara al fin de semana la alerta se extiende a toda la zona norte y este de España.
Una situación que los meteorólogos describen como excepcional y que tendrá sus momentos más duros en las últimas horas del viernes y las primeras del sábado. Y la culpa la tiene la borrasca Filomena que ha entrado en la península por el sur procedente del Atlántico, del norte de Canarias, desde donde trae un aire muy húmedo y cálido que al encontrarse con la masa de aire fría que lleva días instalada en la península dará lugar a intensas nevadas.
Pero junto a las ‘nevadas del siglo’, como ya se han apresurado a llamar algunos a unas precipitaciones que aún no se han producido, hay otro elemento meteorológico que ha llamado mucho la atención. Se trata de la lluvia engelante. Esto sucede cuando comienza a nevar desde grandes alturas, mientras cae la nieve atraviesa una capa de temperatura de congelación (0 grados) y más abajo otra capa todavía más fría (bajo cero). Esto hace que la precipitación se sobrefusione, es decir, el líquido se enfría por debajo de su punto de congelación sin hacerlo pasar por el estado sólido.
En la práctica esto significa que al entrar en contacto con el suelo (o con un tejado o un coche) el agua se congela instantáneamente. Así el hielo puede acumularse en capas de varios centímetros y hacerlo en lugares que no están preparado para ello. Por ejemplo, en este tipo de tormentas son típicos los apagones eléctricos por la congelación y ruptura de los cables de la luz por el peso del hielo. También hay un gran riesgo de caída de ramas de los árboles y se dificulta enormemente la circulación.
La AEMET define la lluvia engelante de la siguente manera: Precipitación con gotas a temperatura por debajo de 0 °C que se congelan al impactar con el suelo o con cualquier objeto a una temperatura de 0 °C o inferior, pudiendo acumularse hasta varios centímetros de hielo claro. Esta precipitación se produce cuando los copos de nieve procedentes de una nube se derriten completamente al atravesar una capa profunda de aire cálido, con la temperatura superior a la de fusión del agua (0 °C), y, posteriormente, se encuentran con una segunda capa estrecha junto a la superficie con temperatura inferior a los 0 °C. En esta segunda capa, las gotas no tienen tiempo de volverse a congelar, llegando a la superficie subenfriadas. También se denomina lluvia o llovizna helada.
En el adjunto de esta noticia se puede consultar el aviso especial de la AEMET.