Aunque ha pasado una semana, desde la nevada que empezó a caer el pasado viernes 8 de enero, la Junta de Castilla y León insiste en que hay que circular con precaució por toda la red de carreteras de la provincia, debido a la permanencia de hielo y de nieve en la calzada, dadas las frías temperaturas. que no han permitido el deshielo, o ayudan a que el agua de la nieve derritida se transforme en hielo con la llegada de la noche.
Ente las carreteras que requieren más precaución destacan las CL-101, de Ölvega a la N-234 y de Almazán a Villasayas; la CL-116, de Almazán a Monteagudo de las Vicarías; la SO-132, por Barahona y la Riba de Escalote; la SO-135, de Retortillo a Montejo de Tiermes y a la provincia de Segovia; la SO-154, de Barcones a la Comunidad de La Mancha; la SO-160, de El burgo de Osma hacia Recuerda, Retortillo y Comunidad de La Mancha; la SO-615, hacia Yanguas y La Rioja y la SO-630 (Taniñe-San Pedro Manrique); la SO-650, de Oncala a San Pedro Manrique; y la SO-830, de Vinuesa a Santa Inés-Montenegro de Cameros.