PROVINCIA
Actualizado 28/02/2021 18:04:44

Diustes, Moncayo, Revinuesa y Razón son las masas arbóreas de este árbol más conocidas en el territorio provincial.

Dos trabajos de investigación muestran que los hayedos del Sur de Europa están sufriendo cada vez con mayor frecuencia, daños provocados por las heladas tardías que acaban con las brotaciones más tempranas como consecuencia de primaveras cada vez más cálidas.

En la provincia de Soria, la superficie arbórea de hayas se halla repartida en varios puntos de la mitad norte, como son Diustes, el Moncayo, y las cuentas del Revinuesa y del Razón.

Ambos estudios son fruto de una colaboración internacional entre España e Italia, liderados por el Instituto Universitario de Gestión Forestal Sostenible-Universidad de Valladolid (iuFOR-Uva) junto con la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y la Universidad de la Tuscia (Italia). Los investigadores combinaron información de satélites, datos climáticos y los anillos de los árboles para reconstruir los daños por heladas tardías en los hayedos de España e Italia en los últimos 70 años.

Los resultados muestran que los daños de las heladas tardías se han duplicado en las últimas décadas. La brotación cada vez más temprana de las hojas de las hayas, en respuesta al aumento de la temperatura primaveral, ha multiplicado el riesgo de daños por exposición del follaje temprano a las heladas tardías. Estos trabajos abordan las heladas tardías como uno de los efectos del cambio climático menos conocidos, siendo pioneros en cuantificar su distribución espacio-temporal de los daños con evidencias empíricas en el sur de Europa.

En el primer trabajo, publicado en la prestigiosa revista “Ecological Applications", se ha reconstruido mediante imágenes de satélite los daños por heladas en todos los hayedos de la Península Ibérica entre 2003 y 2018.

Identificar heladas tardías con satélite parece una tarea sencilla, pero estos eventos destruyen casi todas las hojas y brotes tiernos del bosque en una sola noche, por lo que de una imagen a la siguiente tomada pocos días después se reducen los indicadores de actividad fotosintética. Sin embargo, los hayedos suelen estar cubiertos de nubes durante la mayor parte de la primavera, y los satélites que son utilizados no son capaces de ver qué hay debajo de las nubes.“Como en muchos lugares no detectábamos la helada por la abundancia de nubes, entrenamos un algoritmo matemático utilizando técnicas de inteligencia artificial con el que fuimos capaces de identificar los daños a pesar de las nubes" afirma Ángel García Pedrero, profesor de Ingeniería Informática en la UPM, quien lideró el desarrollo del programa.

El algoritmo de inteligencia artificial permitió identificar anomalías en la fotosíntesis de los hayedos con daños por heladas, permitiendo su identificación en zonas con nubosidad frecuente. En este sentido, “la incorporación de la inteligencia artificial a la ecología forestal es un campo de investigación muy prometedor que va a permitir comprender mucho mejor cómo nos afectará el cambio climático, y esto es clave para establecer medidas efectivas" afirma José Miguel Olano, investigador de iuFOR- UVa y coautor de ambos trabajos.

El segundo trabajo, liderado por Gabriel Sangüesa, investigador Juan de la Cierva de iuFOR-UVa, exploró la incidencia de las heladas tardías en los últimos 70 años en los hayedos del Sur de Europa: “Decidimos estudiar los anillos de los hayedos de toda Italia y España para explorar la frecuencia de defoliaciones por heladas para tener una perspectiva temporal más larga que la información de satélite", afirma.

Los daños por heladas, además de destruir el follaje recién brotado de los árboles, también causan un crecimiento muy reducido, que permite su detección mediante técnicas de dendrocronología o estudio de la datación de los anillos de crecimiento de los árboles.

El estudio publicado en la revista “Science of the Total Environment" muestra cómo la frecuencia actual de las heladas tardías no tiene parangón con lo que ocurría en el siglo pasado. “Las primaveras cada vez más cálidas adelantan la fecha de brotación de las hayas, que a veces nacen antes de finalizar el período de heladas, sobre todo en los hayedos de zonas más elevadas donde las heladas ocurren hasta ya entrada la primavera" afirma Vicente Rozas, investigador de iuFOR-UVa.

Estos trabajos demuestran el impacto del cambio climático en el funcionamiento de los ecosistemas forestales. Hasta ahora la mayor parte de las investigaciones en los hayedos se han centrado en los efectos de la sequía, que es uno de los impactos más previsibles del calentamiento, mientras que se sabe muy poco sobre el efecto de las heladas tardías. “El desconocimiento de su impacto en las masas forestales contrasta con la gran preocupación causada por los daños de las heladas tardías en algunos cultivos, como los viñedos, que tienden a sufrir heladas simultáneamente con los hayedos", asevera Ana García-Cervigón, coautora de los trabajos e investigadora de la URJC.

“Hay que prestar especial atención al impacto de las heladas tardías en los hayedos, porque su combinación con un mayor estrés por las sequías supone una amenaza para la persistencia futura de esta especie forestal en el sur de Europa" finaliza Sangüesa.

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