No vamos a poder viajar esta Semana Santa; y las procesiones no van a salir por las calles…. Eso sí, nada va a impedir que prepares unas torrijas perfectas, un dulce tradicional para este tiempo de Cuaresma que no falta en ninguna casa.
Dicen que no hay dos torrijas iguales, y que cada cual las hace a su manera. Pues bien, te proponemos que esta receta sea la tuya, para sorprender a todos. Parece muy fácil esto de hacer torrijas, pero...
Para empezar, tienes que tener un pan adecuado, que resulte más blando, que facilite el empape en leche, y que aporte la textura y el sabor adecuados, más tipo ‘brioche’. Lo venden en panaderías y supermercados.
Calentar y aromatizar la leche. Hay que calentar la leche hasta que hierva junto a la piel de un limón (evitar la parte blanca para que no amargue). Cuando empiece a hervir, retirar del fuego, añadir el azúcar y la canela en polvo, y después poner la tapa para dejar que la leche infusione hasta que esté fría o ligeramente tibia.
Cortar el pan en rebanadas de unos dos centímetros de grosor, y se empapa en la leche, en una fuente honda, que cubra bien el pan. Este es un paso importante, ya que tienes que conseguir que la rebanada remoje bien, por los dos lados, lo que depende del pan que uses. Es conveniente que la leche esté un ‘pelín’ templada, pero no mucho para que no deshaga el pan. ¿Cuánto tiempo debe estar empapado el pan? Depende. Hay que estar pendiente. Oirás o leerás de todo, que una hora como mínimo... Es lo que tarde en que estén bien empapadas las rebanadas por dentro. De ello dependerá que las torrijas queden duras o no.
Cuando las rebanadas estén listas se pasan por huevo batido. Con mucho cuidado para que no se rompan, y se fríen en abundante aceite de oliva suave caliente. Un minuto por cada cara, más o menos, y las vamos dejando sobre una bandeja con papel de cocina, para que absorba el exceso de aceite. Lo suficiente para que queden doradas por el exterior, y cremosas y blandas en el interior.
Luego, en otra sartén, echamos la leche colada que nos ha sobrado de remojar el pan (para retirar las migas), y añadimos una cucharada de una buena miel. Lo ponemos a fuego medio hasta que se integre perfectamente la miel a la leche. Y por último se van pasando las torrijas por la sartén en la mezcla unos minutos... Un poco de paciencia, pero merece la pena porque quedarán muy tiernas y cremosas.
Se van sacando y colocando directamente en la bandeja se servir. Y una vez frías, listas para comer.