El dueño de Vinos Lázaro explica la importancia que tiene la limonada para los sorianos durante la Semana Santa. El hostelero nos manifesta cómo va a vivir estos días tan extraños y nos enseñará algunos de los pasos del proceso de fabricación de uno de los productos más esperados por los habitantes de la ciudad.
Años de tradición, esfuerzo y trabajo. Esas palabras definen a la perfección la limonada que la familia de Pepe Pérez lleva realizando desde hace años para el disfrute de toda su clientera.
Vinos Lázaro continúa con el legado del abuelo e ideario de la marca, Lázaro Pérez Blasco; persona que creó la fórmula para hacer una limonada que ha perdurado desde 1932. Vino dulce, limón exprimido, canela y azúcar son los principales ingredientes. A ellos hay que sumarles la combinación secreta que el abuelo Lázaro creo para conjugar todos estos sabores en un bebida idílica.
José Pérez Martínez, más conocido como Pepe, nieto de Lázaro y actual regente del bar desde hace 26 años, heredó el negocio situado en la Calle El Collado después de que su padre atendiera en él durante 50 años. Pepe manifiesta cómo mantienen la tradición de la limonada: “Quedo con mis 3 primos unos 10 días antes y la elaboramos en una nave. Algunas veces viene mi tío para supervisarnos el proceso. Primero mezclamos todo y luego la vamos probando para ver las correcciones que debemos hacer”.
Una de las claves que apunta Pepe es la paciencia. El dueño de Vinos Lázaro explica que se debe dejar reposar la mezcla durante un tiempo para que “coja todos los sabores”, posteriormente “se cuela” y de ahí “al mostrador de la Calle El Collado”. Otro de los puntos que hacen diferente a esta mezcla es que no lleva ningún conservante ni aditivo.
Sin duda la limonada de este año será diferente a la de ediciones anteriores. Después de que el año pasado no pudieran realizar la receta por la situación sanitaria, esta Semana Santa han decidido volver a ofrecerla: “Vamos a hacer menos que en otras ocasiones porque no sabemos lo que puede pasar, pero hemos optado por realizarla ya que el año pasado después de muchísimo tiempo no pudimos elaborarla”, afirma Pepe.
Este producto es un reclamo que numerosos clientes esperan 365 días para poder degustarlo. Al ser una bebida temporal, Pepe afirma que hay gente que la “prueba” y se “queda con las ganas” hasta la siguiente Semana Santa. El regente del bar expone que es un producto “rentable” que se vende en unas fechas que en Vinos Lázaro “se trabaja muy bien”.
La incertidumbre es el peor enemigo que rodea estos días. Sin poder contar con clientes de fuera de la Comunidad y sin el principal atractivo de las procesiones, el sector de la hostelería permanece expectante: “No sabemos cómo se va a desarrollar. Este año igual vienen más de Valladolid y León, en vez de Madrid o País Vasco”, comenta Pepe. A pesar de ello, el hostelero confiesa que está “encantado” de poder contar con “su público soriano” y muestra el respeto y admiración que tiene hacia ellos después de tantos años “compartiendo barra”.