Artícul de José Ángel Tierno, concejal de Ciudadanos en Ólvega
El pasado 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró como una pandemia el brote de Coronavirus, el SARS-CoV-2 o Covid 19. Durante este año lo más repetido ha sido el uso de la mascarilla, colocar geles por cada esquina y hacer una videollamada a la abuela, y eso que antes no sabía usar el móvil.
Está claro que lo que era cotidiano ha cambiado y no volverá a ser como antes. Esta situación ha trastocado profundamente las relaciones personales. El miedo a contagiarnos y las medidas establecidas conducen en algunos casos a la ansiedad y depresión. En otros casos se observa una tendencia a percibir e interpretar de forma negativa a los demás, basándonos en comportamientos que no se ajustan a los protocolos ni sociales ni sanitarios..
El teletrabajo, cosa que parecía estar a años luz, ha venido para quedarse. Los beneficios personales y empresariales priman sobre los perjuicios. La conciliación familiar, los horarios o el menor estrés nos hacen mejores candidatos para las empresas que, a su vez, recortan en gastos y reducen el absentismo.
Confinados e inactivos, una vida sedentaria que nos ha llevado incluso a comprar el chándal desde el sofá. Nos hemos habituado al e-commerce, su inesperado crecimiento exponencial ha hecho dejar a un lado el dinero físico. Ese chándal que disparó la práctica deportiva en el hogar, y que ahora le ha dado continuidad con los deportes outdoor, como el running o el ciclismo.
Siempre recordaré a Fernando Simón, director del Centro de Alertas: “España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado”. Pero, sobre todo, recordaré a los que se han ido; y brindaré por seguir viéndoos a los demás.