El viceconsejero de Cultura, Raúl Fernández, ha visitado, junto al alcalde de Cevico Navero, Víctor Pérez Calvo, y al delegado diocesano de Patrimonio de Palencia, José Luis Calvo, las obras de restauración de las armaduras de la iglesia de Nuestra Señora de la Paz, de Cevico Navero. La actuación, realizada a lo largo de 12 meses, ha sido promovida por la Consejería de Cultura y Turismo y ha supuesto una inversión de 248.201,43 euros, cofinanciada por Fondo Feder.
Desde el año 2010 la Consejería de Cultura y Turismo viene estudiando el estado de este templo y los problemas de humedad que presentaba. Por ello, se encargó la redacción de un diagnóstico completo y en aplicación de las indicaciones de este trabajo se procedió a la realización de un estudio geotécnico, un levantamiento preciso y una serie de calicatas en el interior del edificio.
Estos estudios previos concluyeron el deterioro generalizado del tejado y de la armadura de cubierta, así como desperfectos locales y degradación en algunos de los paramentos exteriores. Por ello, la Junta acometió la restauración de cubiertas y fachadas en 2017 y la reparación del muro sur en 2018. Asimismo, el Ayuntamiento y la Parroquia colaboraron en la restauración del pavimento de la iglesia
Con la intervención realizada ahora en las armaduras se completa la puesta en valor de este templo que se sitúa en el centro de la localidad. Tiene su origen en los siglos XII y XIII, tratándose de un ejemplo notable del románico de la provincia de Palencia con importantes armaduras del siglo XIV en su interior. Su planta de tres naves se remata con una torre de planta cuadrada sobre el ábside del evangelio.
Se desconocen datos exactos sobre la fecha de la construcción de las armaduras. Sin embargo, son muchas sus similitudes con obras mudéjares de las cercanías, como el alfarje del sotocoro en la iglesia-museo de Becerril del Campo. Aunque en el caso de Cevico Navero presenta mayor abstracción geométrica y menor extensión polícroma, se pueden asociar al mismo momento histórico, aproximadamente a finales del XV.
La armadura del presbiterio fue construida completamente nueva a mediados del siglo pasado, ya que la anterior se perdió tras un incendio en la iglesia. Fabricada en madera de pino, su trazado quiere recordar al original aplicándole como acabado una pintura sintética en tono marrón. Su estado de conservación era bueno, excepto en las pechinas donde las goteras habían producido manchas, deformaciones y debilitamiento del soporte por acción de pudrición parda. La actuación en esta armadura ha consistido en la limpieza de su trasdós, aplicando posteriormente tratamiento curativo preventivo contra xilófagos. Las tablas de las pechinas en mal estado se han desmontado y sustituido por otras nuevas. En el falso arrocabe de yeso se han sellado las fisuras y pequeñas faltas. Las faltas de color del artesonado se han repuesto.
El artesonado de la nave, tanto desde el punto de vista de la carpintería como de la policromía es una obra de marcado carácter popular. Toda la tablazón se encontraba muy debilitada por la acción de los insectos xilófagos, estos daños y el poco espesor de los elementos han propiciado que las pérdidas y roturas de piezas fueran numerosas.
Además, la armadura mostraba un aspecto opaco debido a la acumulación de polvo y restos orgánicos y al oscurecimiento de los recubrimientos a lo largo del tiempo. Tras instalar el andamio de protección se ha limpiado el trasdós y se ha tratado contra xilófagos. Se han recolocado, reforzado mecánicamente o sustituido todas las tablas de cierre, consolidando todo el material conservado que se encontraba debilitado por la acción de los xilófagos.
Por el interior se ha limpiado y fijado la sencilla decoración pictórica en blanco y negro. Todos los elementos decorativos perdidos se han reintegrado volumétricamente. Tras el entonado de color con témperas y pigmentos al barniz, se ha aplicado una capa de protección.
El alfarje de coro se encontraba muy alterado hacia el lado de la Epístola. En la segunda mitad del siglo XX se construye una escalera de hormigón para lo que se mutila el alfarje. El tramo central es el mejor conservado. Su parte frontal conserva una unidad formal y estilística en sus tres naves. Las partes en madera de los alfarjes del bajo coro y sus frentes se han tratado igual que las otras armaduras.
En el caso del techo del lado del Evangelio se ha desmontado el solado cerámico y se han eliminado las piezas añadidas. Tras reconstruir la viguería se ha colocado la decoración siguiendo las líneas y separación de calles del central. Sobre la madera se ha colocado un forjado con rasilla cerámica para aligerar el peso y aislar la madera del mortero y sobre él se ha colocado el solado recuperado.
En la zona central y puntualmente en el techo del lado de la Epístola se conservaban partes policromadas, estas se han fijado y posteriormente se limpiaron químicamente, respetando las pérdidas en las que aparecía el soporte. También se han reintegrado pictóricamente las lagunas.