Las actuaciones plasmadas en el documento básico han sido definidas y concretadas de una manera más detallada así como las que dependían de los resultados de los sondeos arqueológicos realizados en las últimas semanas.
Este jueves ha sido informado favorablemente, por la Comisión Territorial de Patrimonio, el Proyecto de ejecución para la consolidación y restauración del tramo Occidental de la muralla del Castillo (Sector 3 del Plan Director de la Muralla de Soria), que promueve el Ayuntamiento de Soria. Las actuaciones plasmadas en el proyecto básico han sido definidas y concretadas de una manera más detallada en el proyecto de ejecución, así como las que dependían de los resultados de los sondeos arqueológicos realizados en las últimas semanas.
El Proyecto de ejecución para la consolidación y restauración de la Muralla de Soria mantiene el ámbito de actuación establecido en el proyecto básico, así como la propuesta general y los criterios de intervención. Dicho proyecto abarca el ámbito de actuación establecido en el mismo, que se ajusta al recinto ovoide del cerro del Castillo y la traza de la Muralla que baja por este cerro hasta el cementerio.
Taludes de transición
En el proyecto básico se planteaba la necesidad de recuperar las rasantes originales, tanto exteriores como interiores, de abrir las atarjeas de evacuación de agua y de hacer visible la muralla para las personas que recorren el cerro, tanto desde el interior de los muros como desde el exterior. Para ello, se acometen taludes de transición entre las cotas de uso actuales y las cotas originales.
Los caminos exteriores vinculados a las calzadas principales del parque se ejecutarán con un pequeño adoquín irregular de granito a la portuguesa y bordillos de madera en el borde los taludes. Alojarán la iluminación principal del paseo que serán proyectores contra la muralla, eliminando las farolas actuales. Se proyectan unas pasarelas de madera también tanalizadas, que se adaptarán a los restos arqueológicos, permitiendo su observación.
El proyecto de ejecución detalla con mayor precisión las soluciones proyectadas en cada tramo de la muralla, así como posibles opciones, ya que la casuística es amplia. A tal fin se establecen tramos más pequeños dentro de los tres principales y se definen con mayor detalle las secciones de la intervención tipo en cada punto.
Así, en el tramo norte, junto al vial de acceso al parking del parador, se propone un saneado del trasdós de la muralla con un relleno de áridos y drenaje perimetral a la altura de las atarjeas existentes. Al exterior de la muralla se produce un desmonte hasta recuperar el perfil inicial y se ejecuta un talud con césped, rematado con un camino de tierra compactada con cal y bordillos de madera tanalizada.
En el tramo más oriental de la muralla norte, la propuesta es la creación de un camino de tierra intermedio, al interior de la muralla; y al exterior, se remata el talud con el vial existente a través de una banda de adoquín de 120 centímetros de anchura y otra de tierra, de 100 centímetros, que hace la transición entre el asfalto y el espacio verde.
El espacio de encuentro de los viales rodados junto a la puerta de acceso al recinto en el lado oeste se propone adoquinado y parece rebajarse su cota en el punto de la propia puerta. En este pavimento se reflejará la traza de la muralla que discurre bajo el vial.
Muralla sur
En el tramo de la muralla sur, la intervención propone el remate del vial existente con una banda de adoquín y a continuación un camino de tierra que marca el inicio del talud, al exterior de la muralla. Al interior, otro camino de tierra establece el límite del ámbito de intervención. En función de los restos arqueológicos vistos, se propone la ejecución de un talud con césped o con tierra armada y muro de contención de tablones de madera, principalmente en los casos en los que se materializa una ‘ventana’ arqueológica para dejar vistos restos a cotas inferiores.
En este ámbito se proponen pasarelas de madera que se asoman a los restos y que se ejecutarán solamente en aquellos puntos en los que los restos arqueológicos no sean visibles desde el camino de tierra intramuros; su trazado será preferiblemente perpendicular a la muralla, y su longitud, la estrictamente necesaria para una correcta apreciación del conjunto arqueológico.
En la zona este de este tramo sur, la intervención es más ‘sutil’ y se producirán menores desmontes. Se mantiene la banda de adoquín junto al vial y a continuación la banda de tierra previa al talud, manteniendo el criterio general intramuros.
En la esquina sureste se plantean dos opciones de intervención en función de los restos arqueológicos: la traza de la muralla curva o recta en esquina.
En el tramo de la muralla oeste, se crea un camino de tierra compactada al interior y se recupera el nivel de uso de los restos existentes.
Ventanas arqueológicas
En relación con las ventanas arqueológicas se propone una solución para el mantenimiento con la creación de una escalera en tablones de madera. El resto de la cota interior de uso de la muralla se puede recorrer de inicio a fin al objeto de realizar trabajos de este tipo. Se proyecta un sistema de iluminación con focos enterrados.
La actuación propuesta se considera respetuosa con la memoria histórica y con las características esenciales del bien, utilizando materiales y técnicas actuales para adaptar la topografía resultante tras la intervención a la existente.
La reconstrucción de tramos o paramentos perdidos de la muralla solo se lleva a cabo en las zonas en las que existen suficientes elementos originales que permiten asegurar la veracidad de la actuación, siendo además imprescindibles para asegurar la estabilidad y el mantenimiento de la muralla, pues van encaminados a la consolidación del remate de los muros y su estanqueidad frente al agua.