Los expertos piden tratar los problemas mentales de una forma más abierta, también en los medio, ‘normalizar’ los suicidios y quitar el estigma de una muerte poco digna.
En la profesión periodística existe un dogma marcado a fuego en la mente de la mayoría: de los suicidios no se informa. En España se suicidan 10 personas cada día, pero nunca lo verá en la tele o en los periódicos. Todo pese a que muchas veces se producen en la vía pública y generan gran impacto en el vecindario con importante presencia sanitaria y policial. Pero rara vez leerá noticias sobre ello e incluso pocas veces se encuentran reportajes que aborden el tema. Como mucho, en los casos de alta expectación mediática o cuando hay personajes públicos de por medio, leerá aquello de “fue hallado muerto en extrañas circunstancias”.
Eufemismos y silencios que invisibilizan un problema inexistente para muchos…, hasta que se lo topan de frente. Una vieja creencia ha instaurado en el imaginario colectivo que hablar de suicidios los propicia, que contar que una persona se ha quitado la vida invita a otros a hacerlo. A ello se suma el estigma social que hay sobre el suicidio que hace que lo veamos como una muerte ‘poco digna’. Hablar sobre el suicidio, pensamos, señala, mancha el recuerdo y causa daño, cuando en realidad solo es el reconocimiento de una enfermedad y de un sufrimiento contra el que la persona luchó, pero no logró vencer.
Afortunadamente, a día de hoy, la mayoría de los expertos se sitúa en el lado contrario del debate. Es necesario hablar de los suicidios para normalizar el tema, para demostrar a las personas que sufren que no están solas y que existen herramientas para que quitarse la vida no sea la alternativa elegida.
Martínez apuesta por “informar bien”, sin caer ni en los detalles personales ni el morbo, pero tampoco ocultando la realidad. Señala que debe hacerse de la manera genérica, sin detalles, sin describir el método y sin fotos. La enfermera María Monje también apuesta por brindar información adecuada que permita “reducir el estigma asociado a la gente que busca ayuda”.
El psicólogo soriano Luís Ángel Romero apuesta por “tratar el tema de una forma abierta”. Recuerda que nadie está fuera del riesgo de sufrir una depresión u otros problemas mentales que acaben en un suicidio o en una tentativa. “Todos podemos caer”, explica y por ello es fundamental “que se haga visible”.
De hecho, Romero destaca que este tema es uno de los mayores mitos que existe en torno al suicidio. “Si sospechamos que alguien puede tener ideaciones suicidas lo mejor es tratarlo abiertamente”, explica. Uno de los mayores expertos a nivel nacional, el psicólogo clínico y emergencista Mariano Navarro Serer, también comparte la idea de que “hablar de ello puede prevenir muchas muertes, pues permite ofrecer a la persona que sufre en soledad una vía para liberar su angustia”.
En definitiva, tratar entre todos de que el suicidio deje de ser un tema tabú. No estigmatizar a las personas con problemas mentales y recordar que “la única forma de poder ayudar a alguien es que sepamos que tiene un problema”.