Luis Ángel Romero, del Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León (CoPCyL), pide crear generaciones que “sepan gestionar pensamientos intrusivos y expresar sus emociones”. “La situación es preocupante”, avisa.
“El suicidio se reduce aportando medidas y herramientas que disminuyan el sufrimiento de las personas que intentan suicidarse”. Ese es el diagnóstico de Luis Ángel Romero, vocal-presidente por Soria del Colegio Oficial de Psicología en Castilla y León, quien señala que “nadie quiere quitarse del medio. La gente no se quiere suicidar, solo dejar de sufrir”. Por ello, la salud mental juega un papel fundamental en la prevención del suicidio.
“Los suicidios son la primera causa de muerte no natural en España”, explica Romero, que señala que es necesario “dar a conocer una realidad silenciada”. Una realidad que se combate desde la prevención. Romero explica que es necesario crear ciudadanos que sepan “gestionar pensamientos intrusivos”, y “expresar verbalmente sus emociones”. Si uno es incapaz de hacerlo, acudir al psicólogo supone “un afrontamiento activo del problema”, y el primer paso para adquirir las herramientas que nos permitan salir de él.
Explica que, en la mayoría de los casos, el suicidio aparece como alternativa cuando se produce una “triada cognitiva”, que lleva a la persona a ver el pasado completamente negativo, un presente doloroso y un futuro incierto, donde parece que nada vaya a mejorar. “Pensamientos negativos y distorsionados” que llevan a ver “todo oscuro”.
Romero señala que la edad es un factor, pero “no porque el cuerpo no funcione como antes, sino porque las pérdidas y el sentimiento de soledad se van acumulando”. Hay datos que llaman la atención, cada día se suicidan 10 personas en España, y los suicidios son la segunda causa de muerte infanto-juvenil, después de los tumores. Los hombres se suicidan en mucha mayor cantidad que las mujeres, aunque estas cometen más tentativas.
Salud mental
El debate sobre la salud mental ha saltado a la palestra política después de algunas intervenciones nada afortunadas, tanto en el Congreso de los Diputados como en distintos parlamentos autonómicos. Desde el sector se lleva años esperando un Plan Nacional de Prevención del Suicidio, y se reclama mayor presencia de profesionales en la Atención Primaria y, ahora también, en las residencias de ancianos.
“Yo tengo muy claro lo que se necesita, aunque el futuro lo deciden los políticos”, lamenta. Expresa que la psicología está muy poco incorporada a la Atención Primaria en todos los territorios, “y especialmente en Castilla y León”. El Colegio de la Comunidad ha pedido reiteradamente que se incorpore al catálogo.
Explica que hay estudios que señalan que esta incorporación de psicólogos a la Atención Primaria es también muy rentable económicamente, pues “reduce las visitas hospitalarias y el consumo de psicofármacos”. Incide en que el Plan Nacional de Prevención del Suicidio “debe ser una realidad”, y que en su diseño se debe contar con los psicólogos, pues son “los especialistas en la conducta humana”.
Los mitos
Luis Ángel Romero lamenta que la sociedad guarde muchos mitos falsos sobre el suicidio. Las verdades absolutas no existen, y menos en psicología humana. Así, por ejemplo, es falso que la gente que amenaza con suicidarse nunca lo acabe haciendo, pero también lo es que toda persona que realice una tentativa suicida tenga la intención clara de morir. “Muchas personas están indecisas”, apunta.
Romero destaca que el suicidio “es una conducta, no una enfermedad”, por lo que “no es cierto que cuando alguien lo intenta corra ya ese riesgo para siempre”. Explica también que “las personas suicidas no tienen por qué ser ni estar enfermas mentales”, aunque sí es cierto que las personas con ciertas enfermedades mentales sufren mayores ratios de suicidios.
Otro de los mitos más asentados es que la conducta suicida se hereda. Explica que “no hay ninguna investigación que apoye esta predisposición genética”. Lo que sí sucede es que la persona que ha vivido un suicidio cercano tiene más probabilidad de contemplarlo como una opción.
“La gente piensa que tras una tentativa suicida, cuando la persona comienza a mejorar ya ha pasado el peligro y es justo al contrario”, alerta. Explica que, tras una tentativa, la persona se queda “prácticamente sin energía”, algo que le devuelve el descanso y la medicación, pero si las causas de la tentativa no se modifican “el paciente se ve más fuerte, y pude recaer en cuanto se tuercen las cosas”.
Covid
Desde el Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León (CoPCyL) alertan de que la situación en torno a la salud mental del conjunto de la población es, ahora, “mucho más compleja” por la crisis del Covid. “En la primera ola, el organismo tenía reserva emocional y la población lo aguantó bien”, pero ahora “las depresiones y los problemas de ansiedad se han incrementado una barbaridad”. Desde luego la fatiga pandémica existe. “Emocionalmente estamos en una situación preocupante”, alerta el psicólogo soriano.
En España contamos con el Teléfono de la Esperanza (717 003 717) y el Teléfono Contra el Suicidio (911 385 385) para ayudar a las personas que sufren los problemas tratados en el reportaje. Además, Papageno, en colaboración con la asociación andaluza de supervivientes por suicidio de un ser querido (Ubuntu), atiende a varios grupos de ayuda mutua
para supervivientes en varias provincias de Andalucía y Albacete.