Entrevistamos al ex jugador profesional de League of Legends.
El apellido paterno de Fernando, Rydle para los fanáticos del videojuego de rol League Of Legends (LOL), coincide con su ciudad natal. Aunque lleva algunos años retirado de los eSports, este soriano hizo historia en el mundo de los videojuegos hace unos cuatro años, al convertirse en el único jugador de la historia ganador de cuatro Final Cup (el torneo final de la Superliga, perteneciente a la liga profesional de League Of Legends) como support. Cuenta a este diario que, aunque empezó a competir de forma profesional en 2011, él a los videojuegos “llevaba jugando toda la vida”. Tras dejar la competición “estuve un año sin jugar a League Of Legends y, desde entonces, el mundo de la competición ha dado un giro de 180 grados”.
Su primer torneo, además de todos los online que se convocaban, fue la primera Final Cup de League of Legends, un torneo presencial organizado por la Liga de videojuegos Profesional (LVP) y lo demás es historia.
Soria ha competido en varios equipos prolíficos de LOL a nivel nacional, como Movistar Giants, G2 Vodafone y Karonte, entre otros. “Cuando me fichó Giants, en 2014, entramos en LEC, una liga profesional de League of Legends a nivel europeo”. Para que nos hagamos una idea, esta liga podría ser un equivalente a la Champions League, en fútbol. Fernando estuvo viviendo en Berlín con su equipo durante los cuatro meses que duró la competición. “Al final nos partieron la cara, los europeos son otro mundo”, comenta entre risas. En cuanto a los triunfos, Fernando lo tiene claro: “Jugar con G2 y un campeonato Europeo en Turquía”. Tras el campeonato de Berlín, un equipo fichó a Rydle para jugar en sus filas en la TCL, la liga turca. “Ahí sí gané y me siento muy orgulloso de esa competición”, puntualiza.
La primera vez que Rydle barajó a League of Legends como una forma de ganarse la vida fue cuando entró a G2 Vodafone, con 23 años, a principios de 2014. “Cuando yo estaba compitiendo empezaron a ponerse de moda las ‘Gaming House’”.
Fuente: Flickr
Las ‘Casas de juego’ son unas viviedas establecidas por los equipos, cuyo objetivo es aumentar el rendimiento y el nivel del equipo, en las que también conviven. “Yo estaba acostumbrado a jugar desde mi casa, y cuando G2 me propuso el irme a vivir con su equipo, además de pagarme un sueldo por ello, me dije: ‘Esto va en serio’. Para mí fue un sueño cumplido porque jugar se me daba bien, me encanta y además me sentía muy afortunado porque era de los pocos que podían ganarse la vida de esa forma”. Al contarlo en casa sus padres fue algo complicado, no acababan de entenderlo al principio. “Al fin y al cabo, ellos lo que veían es que pasaba mucho tiempo delante del ordenador. Pero bueno, como sacaba buenas notas no se preocupaban en exceso”.
“Para que te hagas una idea, cuando yo empecé a competir no estaba tan profesionalizado”, sostiene Fernando. “La gente te contactaba como podían si les gustaba cómo jugabas y, si competías con ellos, como mucho, te pagaban los viajes y te daban unos cascos”, añade. Dice que la competición ha cambiado mucho, ya no solo en nombres y en el propio juego, que también, sino a nivel de popularidad. “A la gente que empieza a competir le diría que se lo tome con calma porque es una carrera de fondo, que persiga su objetivo y que no se obsesione. Que no se meta de lleno, porque hoy en día juega mucha gente a League Of Legends y destacar es muy complicado. Es muy fácil que algo así te salga mal”, subraya.
“Yo decidí retirarme en 2016 porque ya llevaba muchos años jugando”. Cuenta Fernando que, cuando entrenaba, dedicaban una media de seis o siete horas todos los días a League Of Legends. “El hecho de convertir el juego en un trabajo tiene esa desventaja: la competición al final requiere mucha dedicación y disciplina y yo necesitaba un descanso. Al mismo tiempo vi que mi nivel había empeorado”. Una vez se retiran, muchos jugadores profesionales deciden enfocar su carrera a divulgar y generar contenido sobre videojuegos a través de plataformas como Twitch o YouTube. “Antes lo hacía, pero la motivación decae bastante si llevas mucho tiempo trabajando en internet”.
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Ahora, el ex jugador se dedica profesionalmente al sector informático. “Estoy mucho más a gusto así. Me gusta más que elaborar una estrategia de contenidos, ejecutarla, etcétera. Busco algo distinto a lo que hacía antes, quizás no sea tan ambicioso, pero me llena más en este momento de mi vida”, señala.
Rydle sigue jugando al LOL, aunque, tras dejarlo “estuvo un año sin tocar el juego porque estaba muy quemado, pero ahora juego mucho. Al final ha sido una parte importante de mi vida y adoro el juego”. Cuando abre una partida aleatoria, los chavales y chavalas le siguen reconociendo al otro lado de la pantalla.