La bioantropología de la población soriana (I)

La descripción bio-antropológica de la población Soriana constituye un enfoque inédito en el estudio de la configuración histórica de esta población. Podemos caracterizar algunos rasgos constitutivos de su fenotipo gracias a referencias entresacadas de trabajos realizados por Aranzadi, Hoyos Sainz, Oloriz o Sánchez Fernández, pero lo cierto es que faltan trabajos que nos permitan conocer los rasgos básicos de estas poblaciones en esta encrucijada geográfica. La planificación de un estudio dedicado a dibujar el fenotipo soriano implica la necesidad de analizar los restos humanos obtenidos en las diferentes excavaciones arqueológicas para poder establecer un cuadro racio-dinámico que permita conocer la evolución del somato tipo morfológico existente en la región. Para conseguir estos objetivos vamos a iniciar el análisis estudiando los restos esqueléticos medievales exhumados en la excavación arqueológica medieval realizada en la "Ermita de San Bonifacio" por Concepción Abad Castro.

La ermita está situada en la localidad de Espejo de Tera, que pertenece al municipio de Almarza. De estilo románico rural la primitiva ermita parece que fue levantada en el siglo XI. En el informe publicado en "Soria Arqueológica" (1991) por la directora de la excavación se defiende la idea de que Espejo en los comienzos del siglo XI estaba dispersamente poblada y cuya utilización económica se basaba en el desarrollo agro-pecuario. Cita también la teoría de que sobre un hábitat de tipo pastoril en dicho siglo XI se levantó la primitiva ermita. La excavación realizada saco a la luz un mínimo de cinco enterramientos, asociados a la ermita, y cuyos restos esqueléticos fueron inicialmente estudiados por Z. A. Cereti y R. Mª. Grande, de la Universidad de Alcalá de Henares. La interpretación de los restos arquitectónicos y antropológicos, mediante el análisis comparativo con otras excavaciones ligadas a la expansión del cristianismo rural en la Hispania medieval, podría establecer la hipótesis de que la ermita excavada corresponda a una construcción religiosa de patrocinio privado levantada para dar solución a las necesidades religiosas de aquel "mundo" de economía pastoril y rural. Asociado a esta idea podríamos concluir afirmando la posibilidad de que los esqueletos masculino y femenino que han permitido su estudio correspondieran a los "señores" propietarios de la construcción religiosa.

El individuo femenino sería el de una mujer de edad avanzada (entre los 70 y los 75 años) con inserciones musculares escasamente marcadas que estarían relacionadas con la existencia de una actividad física relativamente escasa y un individuo masculino cuy edad en el momento del fallecimiento se podría establecer entre los 40 y los 50 años.

Rasgos esqueléticos asociados a la clasificación de Krogman.

Las características fenotípicas mostradas por los dos esqueletos corresponden sin duda a la variedad grácil del grupo mediterráneo. Este hecho, asociado a que dicho grupo constituye el sustrato basal de la población en la tardo antigüedad y en la Edad Media, nos permite considerar a estos dos individuos como pertenecientes a la población autóctona que ocupaba los territorios de Soria. Relacionándolo además con el espacio físico en el que vivieron y con el lugar en el que fueron enterrados nos permite, a mi juicio, interpretar que fueron señores en un "aprovechamiento ganadero" cuyo núcleo vivencial estaría situado en la zona de Espejo de Tera.