Artículo de opinión de Alejandro Ramos, profesor universitario y secretario de Nuevas Generaciones Soria.
¡Qué humillación para las víctimas del terrorismo etarra! Y lo peor de todo, es que ya van unas cuantas por parte de este Gobierno.
Justo después de las elecciones de Madrid (qué casualidad), Sánchez decidía entregar formalmente, las llaves de las cárceles vascas al PNV. Pero por más que se intente justificar como algo legítimo, dentro de la descentralización y del estado de las autonomías, se trata de una de las decisiones más vergonzosas que nunca antes un gobierno en democracia había tomado.
Actualmente, la única autonomía que gestiona cárceles en España, al margen del Gobierno Central, es Cataluña (de nuevo, qué casualidad). Precisamente el modelo implantado por la Generalitat consiste básicamente en permitir que los políticos presos disfruten de un modelo carcelario a medida, con privilegios que otros reclusos no tienen. Y el hecho de que el PNV sea el próximo en controlar sus prisiones, va a significar que pronto veremos una romería de etarras dejando sus celdas vacías, sin mostrar ningún tipo de arrepentimiento por el daño causado y siendo agasajados como verdaderos héroes en sus localidades de origen.
Este traspaso de llaves se hace junto con los famosos “viernes negros”, en los que continuamente se ha ido autorizando el acercamiento de etarras a las prisiones del País Vasco o aledañas. Por cierto, movimientos que han sido autorizados por un Juez reconvertido en Ministro, que en su día fue respetado por perseguir con ahínco el terrorismo de ETA y que a día de hoy, prefiere mirar para otro lado, con tal de ocupar un sillón en la primera fila del Congreso.
Los españoles no merecemos tener un Presidente que se mantenga en el poder a cambio de vender la memoria, la dignidad y la justicia de todas aquellas víctimas que en su día fueron asesinadas por defender la libertad.