Las fiestas y eventos regresan a Castilla y León en verano con estas condiciones

Castilla y León entrará este sábado en nivel de alerta 2. Un nuevo paso en la desescalada hacia la nueva normalidad cuando la región tiene una incidencia de unos 125 casos por cada 100.000 habitantes y ve cómo desciende, aunque lentamente, su ocupación hospitalaria. Aunque la consejera Casado y el portavoz Igea apuestan siempre por la prudencia los ojos ya están puesto en los siguientes pasos de cara a este verano.

La Junta ha anunciado hoy que no tiene intención de aplicar el acuerdo alcanzado ayer en la interterritorial al considerarlo una invasión de sus competencias que no puede producirse sin Estado de Alarma. Eso quiere decir que las restricciones se mantendrán según el semáforo publicado actualmente, aunque, como siempre, será la evolución de la pandemia la que marque los ritmos.

Entrados ya en el mes de junio las fiestas de los pueblos se plantean como el siguiente elemento a controlar. “Nuestra tendencia es a alimitar las restricciones”, señala Igea que hoy ha dado las pautas a los alcaldes para la celebración de eventos. “Nuestra intención es pedirles a los alcaldes que cumplan con las medidas generales”, señala. Esto es el uso de la mascarilla, la distancia social y evitar el contacto. Unas medidas generales a las que se unen otras dos, que los eventos que se organicen oficialmente sean “preferentemente sentados” y que se evite el consumo de bebidas y comidas en las zonas comunes.

Todo ello, claro, cuando la comunidad este en nivel 1 algo que no se producirá, como pronto, hasta dentro de 2 semanas. El nivel 1 se sitúa con 50 de incidencia acumulada a 14 días, una cifra que ahora mismo sobrepasan todas las provincias. No obstante, como ahora los más vulnerables están vacunados y los jóvenes apenas sufren complicaciones graves cuando sufren el Covid ese límite de 50 podría relajarse siempre que la cosa no se descontrole en los hospitales.