Valladolid, Ávila y Burgos doblan la incidencia necesaria para bajar de nivel y solo Salamanca y Soria parecen tenerlo asegurado. Aunque el nivel 1 quedará definido mañana, parece asegurado la vuelta del consumo de pie y en barra.
Castilla y León bajará mañana a nivel de alerta 1. Esa es la previsión que han avanzado hoy tanto la consejera de sanidad, Verónica Casado, como el portavoz de la Junta, Francisco Igea. Los datos y, sobre todo, la tendencia positiva de los mismos, llevan a la Junta a plantear mañana en el Consejo de Gobierno a dar un nuevo paso en la desescalada para situar a la comunidad en la antesala de la nueva normalidad.
Castilla y León lleva 15 días en nivel 2 de alerta. Un nivel que se vio relajado el pasado jueves con la apertura del ocio nocturno y la ampliación de la hostelería hasta las 2 de la madrugada. Lo más probable es que sea toda la comunidad la que baje a nivel 1, aunque solo dos provincias tienen la incidencia necesaria. Estas son Salamanca (35) y Soria (43).
La consejera Casado no ha querido confirmar este extremo, dejando la puerta abierta a que sea mañana cuando se decida el ámbito territorial de la desescalada. Sabiendo que el límite está en 50, hasta 7 provincias están por encima. Ávila y Burgos sobrepasan los 110 y Valladolid se sitúa en 125.
En el caso pucelano, la consejera si ha asegurado que no está previsto que se tomen medidas concretas como cierres perimetrales para municipios con alta incidencia. Podría ser el caso de Medina del Campo (249 de incidencia a 14 días) aunque la consejera confía en que con la colaboración de los ayuntamientos sean suficientes.
“Estamos notando un descenso muy importante de la ocupación hospitalaria”, señala casasdo. Se trata de una buena noticia pues con la incidencia contenida (94 a 14 días en Castilla y León), la presión sanitaria era la mayor preocupación de la Junta. En estos momentos la región tiene 64 pacientes en cuidados intensivos y 102 en planta.
Por ello todo hace indicar que la Junta apostará por no dejar ninguna provincia atrás ya que “la tendencia es buena”. Este nivel 1 traería una novedad importante, la vuelta del consumo en barra y de pie en los establecimientos. Algo que podría complicar el control de los contagios, sobre todo en espacios cerrados y entre gente joven, tal y como reconocía la consejera.
Aunque el nivel 1 quedará redefinido mañana otras novedades podría llegar por los horarios de apertura y los aforos. La Junta ya ha relajado este mes en dos ocasiones el semáforo previsto, más allá de los pasos que se han ido dando en la desescalada. Hay que señalar que la eliminación de la mascarilla es una decisión nacional y por tanto no va vinculada a la incidencia concreta de Castilla y León ni es una medida que pueda ser tomada por la Junta.
La consejera de sanidad ha celebrado que Castilla y León haya superado los 2 millones de dosis administradas con 796.458 personas ya inmunizadas. Más del 95% de las personas de más de 50 años tienen ya una dosis puesta en la región algo que permite reducir los casos graves, aunque la incidencia sea más alta entre los jóvenes.