La situación actual, con la quinta ola golpeando fuerte al sector del ocio nocturno y los eventos, pone al límite a muchos sectores, pero está suponiendo una auténtica agonía para los artistas y técnicos que cada verano animan las verbenas de nuestros pueblos.
Las orquestas de Soria están en peligro de extinción desde hace años. Solo una de ellas ha logrado resistir la dura competencia del sector y hasta el verano de 2019 animaba verbenas dentro y fuera de la geografía provincial. Sobrevivía provocando bailes agarrados y saltos enfervorecidos, pero el coronavirus está a punto de acabar con ella para siempre.
Hablamos de la orquesta Nueva Orfeo, que tiene su sede en Ágreda. Rafael Pérez, miembro y portavoz de la formación, asegura en declaraciones en exclusiva para Soria Noticias que "si en noviembre no vemos un plan definido y que nos aporte la seguridad suficiente, colgaremos los instrumentos para siempre".
La Nueva Orfeo cerraba cada verano entre 30 y 40 actuaciones. Desde la irrupción del Covid-19 "llevamos totalmente parados dos veranos y el panorama es para darte de cabezazos contra la pared", señala Pérez. Dos temporadas en blanco a pesar de que "había contratos firmados pero, obviamente, no se están cumpliendo", continúa el portavoz de la orquesta.
Cero ingresos con los que hay que afrontar unos gastos fijos que no entienden de prórrogas. Pérez explica que "tenemos dos vehículos que deben seguir pasando la ITV y por los que hay que pagar impuestos, además de afrontar el alquiler de la nave donde se estacionan,... Esos, por ejemplo, no faltan nunca".
Sin olvidar aquellas inversiones, llevadas a cabo a finales de 2019 en pantallas gigantes e iluminación, que pretendían hacer la formación más grande y más potente y que, ahora, casi se dan por perdidas.
Los acordes de la Nueva Orfeo se pararon con el confinamiento estricto de marzo de 2020 y no han vuelto a sonar desde entonces. Pérez aclara que "también hemos tenido que paralizar todos los ensayos, porque estos suponen unos gastos que no podemos afrontar". Esto todavía complica más la situación, pues aunque la incidencia se desplomase y los hospitales se vaciasen de enfermos Covid, "no podríamos afrontar ninguna actuación porque no estamos preparados", puntualiza Pérez.
No han recibido ninguna ayuda del Estado, la Junta de Castilla y León o cualquier otra administración. Los siete miembros fijos sobreviven porque "todos tenemos otro trabajo que antes compatibilizábamos y ahora nos permite comer y pagar facturas", pero esto les ha privado de una subvención que cubría cuatro meses de paro de actividad.
A Rafael Pérez se le quiebra la voz cuando se le pregunta por el futuro. "Tenemos muchas dudas porque creemos que el 2022 tampoco será normal para nuestro sector", lamenta quien comenzó en la orquesta Orfeo con 14 años y ha dedicado casi cuatro décadas a su pasión.
"Nos hemos enfriado muchísimo después de dos veranos parados, pero tampoco podemos asegurar que vayamos a desaparecer", continúa el portavoz. Los últimos compases de 2021 serán decisivos para el futuro de la Nueva Orfeo: "Si llega octubre y nos coge con ganas e ilusión igual seguimos, pero necesitamos tener algo consistente. Si en noviembre no se percibe un plan bastante claro, diremos adiós definitivamente y con todo el dolor de nuestro corazón", concluye Rafael Pérez.