La tradición popular que cuenta que en Fuentetovar hubo una aparición, se recuerda en Bayubas de Arriba para evitar el granizo.
Cuenta la tradición oral en Fuentetovar (pequeña localidad entre Berlanga y Velamazán) que la Virgen protegió y salvó a un pastor durante una tremenda tormenta, dejándolo dormido bajo un roble, el Roblealto, que corona un cerro aislado que se distingue desde el entorno. Un relato popular más, cabe pensar, asociado a un paraje emblemático.
Lo llamativo es que la familia Mateo Galgo del pueblo de Bayubas de Arriba, a 17 kilómetros de Fuentetovar, guarda una reliquia de esa aparición, que sacan cuando amenaza tormenta, para que no caiga granizo. Mari Luz es quien la custodia ahora.
Ha ido pasando de generación en generación, aunque ignora su origen. Su abuela Agapita Gómez Ibáñez fue adoptada de niña, y la familia no procede de Bayubas de Arriba, sino que puede ser de Andaluz (localidad que limita con Fuentetovar) o de algún pueblo cercano. Lo que sí saben es que el pastor al que se le apareció la Virgen es su antepasado.
La reliquia es un armazón de cobre ovalado, con un mango, que tiene una estampita o sello de una imagen de la Virgen con el niño, protegida con un cristal.
Según decía la madre de Mari Luz, Eugenia Galgo Gómez (ya fallecida), que era quien custodiaba antes la reliquia, esa pequeña estampa era parte del ‘papel’ que el pastor encontró junto a él cuando despertó, además de un escrito. La estampa, a modo de sello, es lo único que se conserva ya de esos testimonios de la aparición, que se han ido deteriorando con el tiempo.
La familia guarda la humilde reliquia con mucha discreción y reserva. Dice que “hay vecinos que saben de su existencia, sobre todo mayores, y que todavía nos recuerdan que saquemos la reliquia cuando el cielo se pone de tormenta, para que interceda y evite que caiga piedra”.
Mari Luz Mateo Galgo indica que “no es por vergüenza, sino porque es algo íntimo de la familia que seguimos respetando. No lo ocultamos, pero tampoco es algo que lo contamos por ahí”. Su madre, cuando amenazaba tormenta, salía con la reliquia con un gabán, sin importarle que se mojara, e iba por los huertos de frente de casa, buscando la dirección hacia donde venía la tormenta.
SE SIGUE LA TRADICIÓN
Mari Luz mantiene la tradición y el ritual de sacar la reliquia, pero no sale a la calle. ”Me asomo por la ventana que esté orientada hacia donde se escucha la tormenta. Estoy un rato con ella, pero luego la dejo en la ventana”, señala.
Cree que esta tradición no se perderá en la familia, “porque es algo importante”. No le obsesiona pensar en la veracidad de la aparición de la Virgen, origen y explicación de la existencia de la reliquia. “Hemos vivido con ella. Sabemos que la verdad de lo ocurrido no lo sabremos, pero la sentimos, y con ello no molestamos a nadie, ni es nada malo. Las personas más religiosas creerán más, y para otros puede ser una curiosidad”.
La familia ha tratado de indagar y seguir el rastro familiar que lleve hasta el pastor protagonista de la aparición en Fuentetovar, pero esa búsqueda se pierde en Almazán y, de momento, lo han dejado, aunque sí les gustaría conocer y completar ese rastro genealógico. Tampoco es una cuestión que han tratado con la Iglesia, para conocer su opinión. “Como ya he dicho, es una cuestión más del ámbito familiar”, dice Mari Luz Mateo.
VENTA Y DEVOLUCIÓN
En torno a la reliquia, existen algunas “anécdotas”. Por ejemplo, que Eugenia Galgo contaba -así lo relata su hija- que hace más de cien años se vendió la reliquia por una fanega de trigo a una familia acomodada, debido a la situación de necesidad económica que se vivía. Sin embargo, los nuevos guardianes de la reliquia la devolvieron. Al parecer, cada vez que la sacaban caía piedra, en lugar de evitarla.
También recuerda la familia Mateo Galgo que, cuando estaban construyendo su actual casa, el constructor se sorprendiera de que la tormenta no descargara, en alguna ocasión que Eugenia Galgo sacó la reliquia, para que pudieran continuar las obras.
Igualmente, algunos agricultores entregaban cebada u otro ‘detalle’ a su madre, en agradecimiento por sacar la reliquia .
Y mientras esto ocurría en Bayubas de Arriba, los vecinos de Fuentetovar desconocían la presencia de la reliquia.
Precisamente, fue un reportaje publicado en el año 1989 el que dio a conocer la existencia de la reliquia, que hacía más veraz el relato de la aparición en el Roblealto, que la tradición oral ha ido recordando.
El anciano roble está ahí, coronando un montecillo que puede verse desde la carretera de Berlanga de Duero a Almazán, tras pasar el cruce de acceso a Fuentetovar. Hasta hace unos años, este singular árbol -de talla modesta y marcado por las huellas del paso del tiempo- estaba solo en la plataforma de la cumbre del cerro donde se encuentra. Sin embargo, un joven roble está creciendo a escasos metros, quitando protagonismo al viejo árbol de la aparición de la Virgen.
SIMBOLISMOS
El roble ha sido venerado desde la antigüedad por muchas culturas, como la celtíbera, y en no pocas ocasiones se identifica propiamente con un templo. Su simbolismo está unido a la divinidad, a la vida, a la sabiduría, a la fuerza o a los fenómenos meteorológicos. También, el Cristianismo ha mantenido esa fascinación por el roble.
Se asociaba al dios Júpiter, por la creencia de que atraía el rayo más que otros árboles. El rayo y el árbol son los dos aspectos inversos pero complementarios, que representan el eje del mundo que acera y une el cielo y la tierra.
Así ocurre con el Roblealto. Su presencia no ha pasado desapercibida, dominando un amplio paisaje (Rebollo, Matute, Santa Maria, Centenera) bordeado por el Duero.
El mismo tronco del árbol muestra una hendidura, que se atribuye a un rayo que le atravesó.