Desde un monte que es mucho más que un monte al lugar donde puedes hacerte LA foto de tu visita. Repasamos esos rincones de Soria que se escapan de la ruta habitual de los turistas y nos subimos a varios miradores para contemplar la ciudad castellana, tan bella bajo la luna.
La ciudad de Soria continúa haciendose un hueco cada vez más importante en el mapa del turismo de interior en España. Una apuesta decidida por el deporte y por la recuperación del patrimonio son los nuevos valores de una ciudad que siempre ha sido puesta en el mapa por su vinculación con la poesía y con el románico. A ello, en la última década se ha sumado el poder del Torrezno de Soria y una gastronomía que, por si sola, ya justifican el viaje. (10 recomendaciones de un soriano para comer en la capital)
Pero más allá de los rincones más conocidos de la ciudad (como los Arcos de San de Duero, la fachada de Santo Domingo o la Ermita de San Saturio) Soria guarda lugares escondidos que los turistas deberían visitar y, en la inmensa mayoría de los casos, siempre se van sin hacerlo. Algunos por estar algo lejos del centro, unos por no estar bien explotados turísticamente y otros porque, simplemente, pasan desapercibidos. Lugares auténticos que te detallamos aquí para que tu visita a Soria sea la más completa. (Ruta de 2 días por Soria).
Nuestra primera parada se encuentra a menos de 15 minutos andando desde la plaza Mayor. Comenzaremos dando un paseo por el alargado y tranquilo parque de El Mirón que nos lleva hasta la ermita del mismo nombre. Vinculado a los labradores de la zona, el templo de origen barroco que data de 1.725 se presenta imponente en una plaza ajardinada presidida por un obelisco coronado con el busto de San Saturio, patrón de la ciudad. La imagen por la noche es impactante. Desde allí comienza un breve paseo conocido como el de ‘los 4 vientos’ por el que Machado paseaba con su mujer Leonor cuando estaba muy enferma. Las siluetas de ambos nos esperan en un mirador desde el que podemos contemplar el cauce del Duero y la muralla reconstruida de la Soria medieval.
Compartir una foto de tus vacaciones, aunque solo sea al estado de WhatsApp, parece que se ha convertido en obligatorio. Las ciudades lo saben y preparan sus propios photocall para los turistas. Uno de los más socorridos son las letras con el nombre de la ciudad, algo que podemos encontrar en numerosas ciudades de España como Vitoria o León. Soria también tiene sus propias letras. Están hechas con madera de pino de la tierra y, aunque están muy cerquita del centro, pocas veces el turista ocasional se acerca hasta ellas.
Se encuentran en lo que los sorianos conocen como ‘el alto de la Dehesa’, que no es otra cosa que la parte superior del parque central de la ciudad, la Alameda de Cervantes. A la puerta vas a llegar sí o sí, pues el parque comienza en la plaza más céntrica del callejero (Mariano Granados). Tendrás que adentrarte en él, pasar las fuentes, dejar a la derecha la ermita de la Soledad, internarte en una rosaleda que brillará más o menos en función de la época del año y, cuando salgas de ella, las veras al fondo. Una conexión con la naturaleza en pleno centro de la ciudad que tendrá como premio la foto de tus vacaciones.
Ver las ciudades a vista de pájaro siempre tiene su aquel. Y aunque el skyline de Soria no sea especialmente espectacular tener una visión aérea siempre te permite hacerte una mejor idea de lo que es la ciudad. Aquí vamos a hacer un 3 por 1. Los dos primeros miradores están cerca, en el parque del Castillo que también conviene visitar. Al Mirador del Sagrado Corazón se llega callejeando por las traseras del ayuntamiento o también por un sendero habilitado desde el olmo viejo de Machado. Desde allí veremos la parte más antigua de la ciudad, destacando en la visual la torre del Palacio de los Condes de Gómara.
En la otra ladera del parque del Castillo podemos disfrutar del Mirador del Castillo que nos enseña la parte más nueva de la ciudad, incluida los campos de fútbol. Este tiene una particularidad, y es que ofrece unas vistas espléndidas de la ermita de San Saturio. Nuestro tercer mirador no es un mirador, sino una sierra. La Sierra Santa (unos 200 más alta de la ciudad) ofrece la panorámica completa, con el Pico Frentes al fondo. Se puede ir en coche, pero también en bicicleta o una ruta accesible por la montaña desde el Duero.
Nuestra última parada es el monte Valonsadero. Un paraje verde casi 3.000 hectáreas perteneciente a la ciudad de Soria con una flora y fauna única. A 8 kilómetros del terreno urbano, pero conectado por un carril bici, si lo visitas acompañado de un soriano podrás descubrir por qué este monte es tan especial para la mayoría de habitantes de la ciudad (ahí lo dejamos). Si vas por tu cuenta, aparte de disfrutar de los senderos, podrás ver pinturas rupestres que datan de los años 3.000 y 2.000 antes de Cristo.
Consulta la guía más auténtica con todo lo que tienes qué ver en Soria.