La consejera de sanidad señala que es irremediable y que "no podemos perder más tiempo”. Casado pide un voto de confianza para un sistema que levanta muchas dudas y que vuelve al debate para ser una realidad muy pronto. Lo analizamos en 6 claves.
Es posible que muchos ya se hubieran olvidado de ello, pero el plan de recordación de la atención primaria en Castilla y León ha vuelto a retomar impulso este mes de agosto. Aquí te dejamos las 6 claves de esta polémica propuesta que, si la Covid lo permite, va a ser una de las grandes protagonistas de la actualidad en Castilla y León en los próximos meses.
Partiendo de la base de que el sistema sanitario actual de Castilla y León es insostenible, la Junta tiene previsto una reordenación del mismo para hacerlo más eficiente. La premisa es que los recursos sanitarios públicos, que la propia administración reconoce como escasos por la ausencia de profesionales médicos en España, sean utilizados de una manera más intensiva. Esto significa reordenar pacientes para que todos los médicos tengan un número similar y eliminar una parte de la prespecialidad de los facultativos en las zonas rurales donde se considera que en muchas ocasiones están ‘parados’. La asistencia telefónica y virtual, la cita previa y los médicos en ruta son las claves de una reordenación que para muchos es “el desmantelamiento de la sanidad rural”.
Cuando el PP y Ciudadanos llegaron a un acuerdo en 2019 para gobernar en Castilla y León encomendaron a Verónica Casado, una reputada médica de familia que había fichado por el partido naranja, la misión de rediseñar casi por completo la sanidad regional. Una sanidad que, además de ser un servicio público esencial, es tremendamente compleja de garantizar en la región más extensa de España, con poca población, muy dividida y repartida por el territorio y, además, muy mayor con lo que eso provoca a la hora de demandar atenciones médicas.
Esta remodelación del sistema fue la primera gran batalla política de ese gobierno de coalición a finales de 2019 y comienzos de 2020, ganándose duras críticas tanto de la oposición, como de los profesionales como de los ciudadanos de los pueblos. A Casado se le acusó de impulsar una reforma “frente a todos” y cuando esta se empezó a probar, con un sistema piloto, en una Zona Básica de Salud de Zamora (Aliste) llegó la pandemia.
Con la Covid todo saltó por los aires y la reordenación quedó aparcada. Ahora que la pandemia parece que va estabilizándose y formando parte del paisanaje habitual, la reforma ha vuelto con fuerza. Lo hacía en la boca de Casado, su gran valedora, quien esta misma semana se refería e ella en un desayuno informativo de Ical y en una rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno.
“No podemos perder más tiempo”, señalaba la Consejera quien califica la reforma como “irremediable”. Casado, casi a título personal, ha pedido estos días que “nos dejen demostrar que es un esquema inteligente” y recuerda que “no hacer nada no es una opción ahora mismo en Castilla y León”. Verónica Casado pide un voto de confianza y llama a evitar la resistencia al cambio. “Tenemos que seguir organizando y planificando, que para eso nos pagan”, señala. Organizar para que el sistema sanitario de Castilla y León no se diluya.
Esa es la gran pregunta que se hacen muchos de los ciudadanos de Castilla y León, intentando de sacar una respuesta certera entre los mensajes apocalípticos de la oposición, la reacción siempre interesada de los profesionales del sector y el ¡todo va a salir bien’ de la Junta.
El principal pilar del sistema es reorganizar el número de tarjetas sanitarias. Ahora mismo, señala la Junta médicos con 200 pacientes y otros con casi 2.000. El objetivo es equilibrar esos números para no saturar a unos y no infrautilizar a otros. El 60% de los recursos atiende al 40% de la población, señala la Junta.
Conviene recordar que siempre que hablamos de despoblación las matemáticas son engañosas. Y aquí es donde comienzan los problemas. Reorganizar las cartillas supone, de facto, llevar a médicos y enfermeros del mundo rural a los grandes núcleos de población de Castilla y León. Recuerde, si usted divide médicos, km de carretera, € invertidos o alcornoques, SIEMPRE le saldrá que las zonas despobladas tienen más de los que ‘merecen’.
Las ventajas del sistema las ha explicado la Junta en varias ocasiones. Sus argumentos son: Primero, se logra mantener un sistema que actualmente es inestable. Segundo, se utilizan mejor los recursos. Tercero, los profesionales tienen mejores capacidades al tener más volumen de pacientes y ver más patologías. Cuarto, un paciente siempre es atendido por el mismo médico y el mismo enfermero.
Para esto último, la Junta dotará a los facultativos de equipos electrónicos para que puedan pasar consulta (telemática) en cualquier de los 3.699 consultorios de la región. Ahora el médico, que tendrá que viajar y moverse más durante su semana laboral, irá equipado con equipos portátiles tales como ecógrafos que permitan hacer algunas de las pruebas diagnósticas más importantes en el momento.
El sistema funcionará en red, algo que ya ocurre incluso en algunos hospitales de capitales de provincia, para optimizar recursos. De esta forma los médicos de familia que visiten un paciente podrán conectarse con el especialista del hospital de referencia si la situación lo requiere.
Los críticos señalan que este sistema supone el desmantelamiento del sistema sanitario. Eso es algo que no sabremos hasta que no se ponga en marcha y se puedan evaluar las consecuencias. Lo que sí supondrá, sin lugar a dudas, es decir adiós a las consultas ‘a la carta’ de los pacientes en el medio rural. Adiós a que el médico o la enfermera pasen toda la mañana durante varios días a la semana en el consultorio de los pueblos más pequeños.
Los pacientes de la sanidad rural tendrán que pedir cita telefónica. Ahí entra en juego el personal administrativo, cuyo papel será clave para que el sistema sea eficiente o un auténtico fracaso. Atendido al paciente e identificados los motivos de su petición de consulta se decidirá si se le da una cita presencial (el día de la semana que el médico pase por su localidad y se concentren todas las citas de ese pueblo), una atención telefónica (por ejemplo, conocer los resultados de una analítica) o será el propio administrativo quien resuelva su petición (activar una receta)
La intención de la Junta es poner en marcha este plan en los próximos meses. Para ello cada delegación territorial ha realizado, señala la Junta, un pormenorizado estudio de sus recursos y la utilización de los mismos, la previsión de jubilaciones y los servicios (atenciones a pacientes) a prestar.
Casado asegura que cada año se analizaran las cifras para ir ajustando el sistema, para una mejor distribución de los profesionales. Por el omento se comienza a implantar de manera gradual, con aquellos lugares en los que las jubilaciones facilitan la reordenación.