El verano sirve para llevar a cabo labores en común al modo de las hacenderas de antaño.
La escasez de medios económicos con los que cuentan los pequeños pueblos de Soria supone también un aliciente para que sus jóvenes tomen la iniciativa y se pongan manos a la obra para realizar labores que contribuyan a mejorar y mantenerlos en buenas condiciones.
Limpiar el pilón de la fuente, lijar y barnizar las puertas y rejas del Ayuntamiento, de la asociación cultural y de la ermita o recuperar los troncos de la valla caídos del mirador del Duero para su posterior colocación por los mayores, han sido algunas de las labores más destacadas que han realizado los jóvenes veraneantes de Andaluz de manera voluntaria en este año. Este mirador, que forma parte de la senda del Duero GR-14, llevaba ya varios años con los barrotes caídos con el consiguiente peligro para la seguridad de las personas.
También los mayores de Andaluz han aprovechado algunos ratos libres del verano para llevar a cabo el mantenimiento de los jardines del pueblo, desbrozar senderos, limpiar el cementerio, mejorar caminos e incluso intentar poner en valor nuevos espacios naturales como el paraje de La Cueva.
Estos trabajos recuerdan a las tradicionales hacenderas, o trabajos comunitarios, que en tiempos pasados se llevaban a cabo para labores de limpieza del río y arroyos, arreglos de caminos, podas etc. El Martes de Carnaval era uno de los días en que el alguacil convocaba a los vecinos para estas tareas.
Ahora que los veraneantes van poniendo rumbo para las grandes ciudades, el la pedanía de Berlanga de Duero luce una imagen más amable y más cuidada, un reflejo del cariño que las nuevas generaciones siguen teniendo al pueblo de sus padres o abuelos y de la ilusión de encontrarlo mejor que el año anterior a la vuelta de vacaciones o de fin de semana.