OPINIóN
Actualizado 01/09/2021 20:09:50
Sergio García

El Gobierno debe sacar adelante las ayudas a las empresas de las provincias despobladas antes de 2022 y la Junta no liarla con su reordenación sanitaria. La política provincial pendiente de la Soria Ya, el ‘unido’ PP y el futuro de la PPSO y de Ciudadanos. Ayuntamiento y Diputación deben ser valientes para afrontar temas complejos relacionados con el personal.

Comienza septiembre y con ello un nuevo curso político tras el parón del verano. Aunque solo los más privilegiados conservan ya esas grandes vacaciones estivales instaladas en el imaginario colectivo, la tradición (también periodística) nos permite hacer repaso a lo que nos espera los próximos meses en el panorama político de la provincia de Soria.

Comenzamos un curso, el 21-22, sin elecciones a la vista lo cual debería dar estabilidad y tranquilidad suficiente a los diferentes gobiernos para llevar a cabo sus hojas de ruta. Municipales, autonómicas y generales deberían celebrarse en 2023, aunque la experiencia nos dice que los gobiernos de coalición rara vez agotan la legislatura y mi apuesta es que Sánchez adelantará algunos meses las nacionales.

Comenzando precisamente por el Gobierno de España está previsto que en los próximos meses se abra un nuevo tramo de la Autovía del Duero. Debe ser antes de que termine el año porque ir ahora mismo a Valladolid es una lotería de rotondas, semáforos y adelantamientos temerarios. Antes de eso, deberemos ver el traslado de presos a la nueva cárcel y descubrir indicios de que no vamos a tener el centro penitenciario más infrautilizado de España.

Pero sin duda los deberes más importantes del ejecutivo tienen que ver con la despoblación. Sería intolerable que el Estado no lograse sacar adelante el mapa de la despoblación y activar de forma decidida y sencilla las ayudas al funcionamiento de las empresas autorizadas por Bruselas para Soria, Teruel y Cuenca. Ese 20% de ayudas a los costes laborales supondrían un ahorro de unos 40 millones para las empresas de la provincia y un gran empujón para su viabilidad y su competitividad (que se traduce en empleo y este en población, ya sabe). Deben estar en funcionamiento el 1 de enero de 2022 y para eso el Gobierno tiene que hacer sus deberes.

En cuanto a la administración autonómica vuelve una patata caliente a la mesa de la Junta que llevaba casi 2 años en stand by; la reordenación sanitaria. Sin duda una medida tan polémica como necesaria y que levanta muchos recelos. Habrá que pedir a la Junta de Castilla y León que explique muy bien qué cambios de asignación de médicos y enfermeros quiere hacer en la provincia de Soria. Los pueblos no están preparados para perder la prespecialidad continua y garantizar la asistencia sanitaria no puede ser una apuesta o una moneda al aire.

También a nivel autonómico habrá que ver cómo se desarrolla el proyecto del Parque Empresarial del Medio Ambiente. En esos terrenos la Junta y el PP dilapidaron una enorme cantidad de crédito (en todos los sentidos) en el pasado y si el proyecto vuelve a salir mal… El ejecutivo de Mañueco se ha comprometido a presentar en septiembre los planes para terminar 3 de las 7 cúpulas, pero la clave estará – una vez más – en lograr dotarlas de vida y de empleo.

Bajando al último escalón, el provincial, las incógnitas se multiplican porque no solo afectan a proyectos sino también al propio escenario político. La Soria Ya parece estar preparando un tardío (en estos 2 años han sufrido un desgaste similar al de Teruel Existe sin lograr nada de lo que haya podido lograr en Madrid la formación aragonesa) salto a la política que, en cualquier caso, desestabilizará el tablero. De momento, el PSOE marca distancias y saca músculo y el PP trata de dilucidar si les viene bien, mal o todo lo contrario. También será el curso de comprobar cuánto de fuerte es la unidad de los populares, cómo se gesta la vuelta de Pardo y De Miguel al PP y qué sucede con los restos aprovechabes (vicepresidentes provinciales y autonómicos) de Ciudadanos.

En Soria capital, Mínguez tiene prometido que se desatascará con el Gobierno el arreglo de las travesías, se debería dar una solución definitiva al Cerro de los Moros y poner cierto orden en el personal del consistorio vía la prometida actualización de la RPT. Además, en septiembre se recepcionará el polígono de Valcorba dando la oportunidad al equipo socialista de subsanar su gran debe; el empleo privado.

A nivel provincial los esfuerzos se centran en el Aeroparque de Garray, un all-in en toda regla del equipo de Gobierno de la Diputación. Estaría bien no dejar pasar otra legislatura sin meter mano en asuntos como los bomberos o las residencias, dos grandes melones que requieren de valentía política para ser afrontados.

Todo ello, y muchas cosas más, siempre y cuando la pandemia siga la evolución que todos deseamos. Deberes no faltan y es hora de ponerse a trabajar para que no acabe siendo un nuevo curso perdido para Soria.

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