Nos adentramos en la más pura ruta del vino, en el corazón de la Ribera del Duero. Nuestra ruta se puede realizar en coche, en bicicleta o en moto. Recorremos los parajes de Quintanilla de Tres Barrios hasta alcanzar su atalaya musulmana del siglo X , desde lo alto nos imaginaremos la escena campal que tuvo lugar en tierras sorianas entre moros y cristianos. Además, caminaremos entre encinas para conocer una de sus joyas naturales, las ‘chorreras’, formadas debido a la erosión del agua sobre la tierra arenosa del terreno. A tres kilómetros encontramos San Esteban de Gormaz, tierra de vinos y como tal, haremos una parada en su lagar, paseando por sus monumentos románicos y tendremos el privilegio de conocer el interior de alguna bodega que conforma el entorno de su Castillo sobre el que yace el municipio. Nuestro último destino será la cuna de las matanzas, así es, estamos hablando de El Burgo de Osma. Allí subiremos hasta el mirador de la ermita de la Magdalena, situada bajo un sendero de cruces. Desde este lugar obtendremos unas vistas inigualables de todo el entorno urbano del pueblo.
En este reducido pueblo, en el que ya pocas personas quedan viviendo en él, se puede realizar una intensa ruta por su historia. A apenas dos kilómetros podemos subir a su atalaya islámica en un paseo entre vegetación y fauna. Os aconsejo que subáis a la hora en la que se pone el sol porque ver el atardecer cómo se esconde tras la atalaya islámica no tiene precio, una imagen que quedará grabada en nuestros recuerdos para siempre. Una vez hayamos llegado al monumento a la izquierda, si el día está despejado, podremos vislumbrar en la lejanía el afamado Castillo de Gormaz y a la derecha, la extensión del pueblo en miniatura. Al interior de la atalaya podremos acceder a través de unas escaleras de madera que recorren su estructura interna hasta alcanzar la cima en la que caminaremos sobre una plataforma de madera. Situados sobre este último piso solo necesitamos dejarnos que nos invada la tranquilidad y respirar el aire puro del entorno.
‘Las chorreras’ es otro de los espacios naturales que hemos visitado en esta ruta por el entorno de la Ribera. Llegamos a ellas a través del llamado ‘camino del Burgo’, para ello, tendremos que ubicarnos en las afueras del pueblo, en las ‘Eras’, donde hay unas porterías de fútbol donde los jóvenes, y no tan jóvenes, juegan la llamada “Cardo Cup” durante las fiestas del pueblo, la primera semana de agosto.
El camino está justo a la izquierda de una nave donde se guardaban antiguamente las ovejas. Una vez hayamos encontrado el camino, solo tendremos que seguirlo y nos llevará hasta unas flechas de madera que indican que hemos llegado a las chorreras. En ese momento comienza un paseo de menos de 15 minutos hasta situarnos encima del propio paraje natural. Pero no todo es tan sencillo, para alcanzar la cima, tendremos que poner a prueba nuestra fuerza y como Indiana Jones en una de sus aventuras, escalar agarrados a una cuerda y subir hasta contemplar una de las vistas más inusuales y desconocidas de toda la zona. En una primera vista a las chorreras parece que la arena se estuviese derritiendo debido a los luminosos rayos del sol. Desde allí obtendremos además, una panorámica del pueblo rodeado de campos envueltos en tonos amarillos, y rojizos.
Nos trasladamos a escasos 3 kilómetros de Quintanilla de Tres barrios. Cruzando la N-122 entramos al pueblo y ya obtenemos, a la izquierda, una vista de la parte trasera de su Castillo, sobre la que descansa una hilera de bodegas tradicionales y ed su iglesia románica San Miguel.
San Esteban de Gormaz, pueblo de Ribera, perteneciente a la Denominación de Origen Ribera del Duero, es uno de los portadores de vino más importantes en la ruta del vino. Su bodega comprende unos siete pueblos de la comarca que confían su vino a Bodegas Gormaz, ubicada a las afueras del municipio, dirección Soria. En tierra de vino no debe faltar un lagar y este municipio, cumple ese requisito. Visitamos entonces el lagar del pueblo, situado en un punto que no podía estar mejor ubicado, entre el castillo y la iglesia románica de San Miguel. El ayuntamiento realiza visitas guiadas para poder imaginar cómo y con qué materiales se llevaba a cabo la elaboración del vino. El lagar que se divide en en dos plantas, en la primera encontramos los elementos de elaboración del vino, los accesorios de recogida de la uva, los recipientes donde se vertía el vino o algunos elementos de bodega como el embotellador. En la segunda planta encontramos una especie de merendero con dos mesas de madera, toda la planta adornada con elementos vitícolas como cepas secas, botellas y porrones de vino.
El Lagar fue construido para recrear y mostrar el proceso tradicional de la elaboración del vino. El visitante podrá admirar el ingenioso sistema diseñado por nuestros antepasados para prensar en la pila la uva cosechada y extraer el mosto que se llevaría a continuación a las bodegas. La población tiene catalogadas más de 300 bodegas excavadas en la formación rocosa sobre la que se asienta el castillo. Estas galerías subterráneas proporcionaban una temperatura baja y constante al vino.
Además si visitamos este acogedor pueblo , no podemos marcharnos sin antes habernos embriagado de su románico, parada obligada en sus dos joyas declaradas Bien de Interés Cultural. La imponente iglesia de Nuestra Señora del Rivero y la reina del arte románico en Castilla y León, la iglesia de San Miguel, primera iglesia porticada de la provincia. Todo un lujo recorrer cada rincón de su arquitectura románica.
Nuestro último lugar en visitar es esta villa que nos recibe con unas preciosas vistas de su muralla y su catedral de estilo gótico. Si no conoces este municipio por sus afamados fin de semanas de matanzas no dudes en apuntarlo en tu lista de destinos por recorrer porque la experiencia hya que vivirla, al menos, una vez en la vida. En este pueblo subiremos hasta el mirado de la ermita de la Magdalena, desde allí vamos a observar todo El Burgo de Osma , incluso podemos ver los rosetones de la catedral gótica. La subida, que no os voy a negar, es costosa, merece la pena porque vamos a poder disfrutar de unas vistas privilegiadas. Al llegar, encontramos un banco de madera frente a un panel informativo, desde este podemos ver de lado a lado toda la zona urbana de El Burgo de Osma, pero si cambiamos la vista y nos situamos a la izquierda del banco, desde ese punto, vamos a contemplar los monumentos históricos más destacados del municipio: el castillo y la atalaya.
Desde la ermita de la Magdalena, se puede observar un caminito de arena que desciende hasta una especie de zona de baño natural, así que decidimos bajar a ver qué encontrábamos. Una advertencia, cuidado al bajar, el camino es muy empinado y podemos tener algún que otro percance. LLegamos al comúnmente conocido por todos los burgenses ‘El pozo de la Peña’ , lugar casi salido de un cuento de fantasía, con aguas cristalinas de color azul turquesa al que no le falta admiradores, sus bañistas. Desde el agua podemos ver el castillo de El Burgo de Osma, una vista impresionante, respirando aire puro y en plena naturaleza.
Para conocer otras rutas, y cientos de curiosidades de Soria, puedes visitar la página web de Soria Ni Te La Imaginas.