Un representante del proyecto de la vaquería noviercana contradice los datos expuestos por los ecologistas sobre aspectos medioambientales de la zona del Moncayo. Con datos en la mano, expone datos favorables para este proyecto ganadero.
La asociación Ecologistas en Acción, a través de su delegación de Zaragoza, el colectivo Ecofontaneros y con el apoyo de la asociación Hacendera de Soria, está llevando a cabo una eco-marcha por las localidades, zaragozanas y sorianas, del entorno del Moncayo, con el objetivo de dar a conocer a los habitantes de la zona la realidad medioambiental y sus inquietudes al respecto. Ayer tocó el turno a Ólvega. A las 18:30 horas, el Centro Social acogía un acto al que asistía con en torno a una treintena de personas.
En un principio, el representante zaragozano de la asociación Ecologistas en Acción expuso las bondades del Moncayo sus valores paisajísticos, también vertió sus reflexiones contrarias sobre el actual modelo de desarrollo y se refirió al uso del agua. Así, después de exponer sus opiniones sobre los embalses de la provincia de Zaragoza (Loteta, por ejemplo) y, en general, de Aragón, pasó a centrar su internvención en los recursos hídricos de la zona del Moncayo.
Las representantes de la asociación Hacendera orientaron su intervención hacia el proyecto de la vaquería de Noviercas. Sus principales objeciones versaron sobre la cantidad de agua de los acuíferos de la zona, sobre la no contaminación de las masas de aguas subterráneas y sobre el modelo de desarrollo que la agrupación propone y con especial hincapié en favorecer las explotaciones ganaderas de carácter familiar.
Una vez concluido el apartado expositivo de la conferencia, era abierto el turno de debate con la participación del público asistente. Un compás en el que llegaba la controversia, con los argumentos que puso sobre la mesa José Jiménez, olvegueño e impulsor del proyecto ganadero de Noviercas.
De manera contundente, manifestó que todas las exposiciones de los ponentes se habían basado en sus meras “opiniones y suposiciones”, y siempre bajo el respeto, significó que los datos aportados hasta el momento eran incorrectos, y expuso las cifras del proyecto técnico tal, y como las contempla la empresa promotora
Así, sobre el volumen de agua que precisará la explotación expuso que ha sido solicitado un un caudal de 2, 2 millones de litros al día, contradiciendo las estimaciones de los ecologistas, que cifran entre cuatro y seis millones. Una cantidad, la solicitada, que se traduce en 0,78 hectómetros cúbicos al año y en un 3% anual del recurso disponible de la masa de agua subterránea denominada Araviana 400034, y que tiene 27,80 hectómetros al año. Datos que aportó Jiménez y que figuran en la propia Confederación Hidrográfica del Duero.
Contaminación del agua
En cuanto a la no contaminación de las masas de aguas subterráneas, detalló que la vaquería será un proyecto de “vertidos cero”, con el aprovechamiento y valorización total de las partes sólidas, líquidas y gaseosas de los purines y de todas las aguas fecales. La propia granja se instalará una sección de tratamiento de purines que contará con una depuradora de aguas residuales para la extracción y recuperación de todos los nutrientes, con el objetivo de obtener y almacenar, en dos balsas, agua libre de nitratos y de contaminantes, cumpliendo con la normativa y las condiciones de vertido a cauce que imponga el Organismo de cuenca, para su posterior aprovechamiento para riego.
Respecto al modelo de explotaciones ganaderas, Jiménez indicó que el proyecto ganadero no es la causa del constante cierre y desaparición de explotaciones de ganado vacuno de leche que se ha producido en España durante los últimos 20 años, y que continúa. Según afirmó, la futura vaquería es todavía es un proyecto, por lo que no es la causante de estos cierres. Abundando, recordó que España consume unos diez millones y medio de toneladas de leche al año e importa otras tres, aproximadamente. En este puntó, aseveró que la producción de la vaquería supondrá que el país importará un 7% menos de leche de la que importa actualmente. Adujo también que según el Ministerio de Agricultura, cada año desaparecen unas 1.000 explotaciones de ganado vacuno de leche.
Un debate en el que quedaba patente que el proyecto tiene defensores y detractores, si bien un proyecto de esta envergadura socioeconómica requiere ser tratado de forma objetiva y con datos rigurosos, más allá de opiniones y con la necesidad de atender a los datos técnicos.
Los datos oficiales constatados por este periódico reflejan que la superficie de la masa de agua subterránea Araviana 400034 que abarca la zona de la vaquería es de 434,69 kilómetros cuadrados, donde existe una veintena de localidades, con una población de hecho, -esto es, vecinos que permanecieron y pernoctaron en estos lugares durante el pasado invierno- cifrada en 240 personas. La proporción se traduce en una densidad de hecho de 0,55 habitantes por kilómetro cuadrado. Un territorio prácticamente despoblado dentro de la España Vaciada que acoge ahora una polémica donde los criterios ecologistas chocan con la iniciativa privada, y por ende, con un cambio poblacional y el desarrollo de esta zona.
Siempre y cuando se lleve a cabo un uso adecuado y cuidadoso de los recursos de agua existentes en la zona, y se dé cumplimiento a toda la normativa para este tipo de explotaciones.