Las 3 regiones más afectadas por la despoblación buscan un cambio de modelo que haga sostenible su atención primaria en las zonas rurales.
Castilla y León, Aragón y Castilla La Mancha han reunido hoy en Soria a las cúpulas y a los técnicos de sus consejerías de sanidad para trabajar en un problema común; una sanidad rural al borde de la quiebra. La notable ausencia de profesionales sanitarios en nuestro país y una sistema “obsoleto” complican la prestación de un servicio en unas zonas, las despobladas, donde seguramente sea más esencial que en ninguna otra.
En 3 mesas técnicos y políticos han debatido sobre el modelo, las tecnologías y los puestos de difícil cobertura. El objetivo, lograr una postura común y de consenso que presentar ante Europa. Las 3 comunidades piden al Gobierno la formación de más médicos y una financiación acorde con los gastos de prestar el sistema. Además, consideran injusto que todo el peso de la despoblación caiga sobre la sanidad.
Bajando a las conclusiones de cada mesa, la primera sobre atención primaria en el medio rural ha dejado las siguientes conclusiones. Mucha de la atención sanitaria son cuidados, que pueden realizarse con personal de enfermería y apoyándose en los servicios sociales de diputaciones y ayuntamientos. Consideran las regiones que es fundamental implementar más administrativos que permitan desburocratizar el trabajo de los médicos y las 3 ven necesaria una revisión de unos mapas sanitarios de hace 30 años y la redistribución de tarjetas entre los profesionales.
En la segunda mesa se ha hablado de cómo incentivar las plazas de difícil cobertura. Entre ellas valoraciones específicas para bolsas de trabajo, incremento de los baremos y puntos en la carrera profesional. También se hablado de dar flexibilidad a las políticas retributivas en estas plazas aunque se avisa que “no todo es dinero”. El objetivo es crear polos de atracción en unas plazas donde puedan desarrollarse profesionalmente, mayor vinculación a los hospitales de referencia y tener mayor flexibilidad para la formación.
La tercera mesa ha comenzado decidiendo quitar el adjetivo de nuevas a las tecnologías para reconocer una brecha digital por lo que se ha hecho especial hincapié en la formación tecnológica tanto de los profesionales como los pacientes. Se apuesta también por un único canal digital sanitario que facilite la tarea además de apostar por el big-data y la inteligencia artificial. “La teleasistencia puede romper la brecha entre el hospital y la atención primaria”, señalan.