El Twitter de David Ortega exhala un potente aroma a nostalgia. Eso lo hace más atractivo todavía. Considera que “la despoblación, bien narrada, puede vender y mucho”. Solo “se deben encontrar los atractivos para potenciarlos y conservar lo que tenemos”, sobre todo “por respeto y admiración a todos los que construyeron esta provincia”.
Un palo y una piedra eran, hace ya unos cuantos años, los juguetes preferidos de David Ortega. Invertía horas y horas en levantar cabañas cada vez más elaboradas para dar cabida a todos sus personajes fantásticos. Ahora, con 25 años, este opositor para interventor tesorero de la administración local compagina trabajo y estudio con la que sigue siendo su gran pasión: la visibilización del rico patrimonio de los núcleos rurales sorianos. “Un tesoro de valor incalculable que está en riesgo de desaparecer en pocos años”, explica nuestro protagonista.
David Ortega ha conseguido, gracias a una cuenta en Twitter que derrocha atractivo estético, la atención de muchos sobre lo que a él le fascina: “Igual lo más sencillo es calificarme como bicho raro, pero me gusta más considerarme, como de pequeño, un loco de los palos y las piedras, pues me siguen gustando las mismas cosas: las casas, las construcciones, los dinteles, las labras... y la madera”, expresa.
Durante los últimos 4 años, David se ha acostumbrado a resumir experiencias y aprendizajes en menos de 280 caracteres, los máximos que permite Twitter para una publicación. Se registró en esta red social en el 2011, pero tuvo que llegar un trabajo de verano para cambiar su perspectiva. “Estuve todo un verano vigilando el monte desde una torreta, tuve muchas horas para pensar y creí que era el momento de sacar provecho de todo lo que me enseñaban mis paseos por la provincia”.
David Ortega no solo visibiliza arquitectura en su Twitter, también patrimonio cultural enriquecedor.
De entre todas las opciones disponibles, eligió la red social del pajarito azul porque “tiene un público distinto, es más ‘cultureta’ y me pareció que era donde encajaba mejor la temática”, refiere este joven al que se le encienden los ojos cuando alguien le pregunta por cierta iglesia al borde del derrumbe o aquél pequeño pueblo que ya casi nadie recuerda.
En Twitter recibe esas interacciones que le calientan el alma. Supera los 3.100 seguidores, pero cada día son más los que retuitean o comentan sus publicaciones. Además de la comprensión de su sensibilidad, el refuerzo positivo muchas veces esencial para continuar, David Ortega destaca el poder de la red para que el patrimonio soriano alcance “la difusión que merece”.
Ortega ha recorrido cientos de kilómetros a través de caminos rurales con el foco puesto en los detalles. Seguir su ritmo no es sencillo: “Tienen que quererme mucho para acompañarme porque si descubro una majada en lo alto de un cerro no descanso hasta que la conozco”, bromea.
Todo ello ha dado forma a un archivo que atestigua tesoros que describen el pasado de la provincia y el carácter de sus gentes. Su objetivo nada tiene que ver con esa frase que reza que ‘Cualquier tiempo pasado fue mejor’. “No quiero revivir la época de nuestros ancestros porque las pasaron canutas, sería absurdo porque trabajaban de sol a sol y en condiciones pésimas”, señala Ortega. Su intención es “descubrir la historia que cuenta cada detalle y reconstruirla”, así “la memoria de nuestras piedras pervivirá y, con ella, también la de quienes las pusieron en pie”.
Después de casi un lustro de tuits son muchos los que valoran el esfuerzo documentalista de David Ortega, quien insiste en que “todo esto me sirve para aprender cada día”. No obstante, nadie se ha interesado oficialmente por el trabajo de alguien que ha conseguido atraer la atención sobre lo que hasta ahora muchos tildaban de palos, piedras y ruinas.
Ortega considera que el turismo de la provincia, y la economía de zonas muy castigadas, podría verse beneficiado de las ideas y los nuevos enfoques de la corriente de tuiteros que ponen en valor el patrimonio soriano a todos los niveles. “Somos unos cuantos: Luis Pastor, Soria Patrimonio, Editora con Carrito,... Y estoy seguro de que podríamos darle un giro de tuerca a la promoción”.
También ayudaría “buscar la unión y no la división de los círculos culturales, que muchas veces son algo excluyentes con el público en general”, concluye Ortega.