CSIF valora el acuerdo -ya firmado- como “aceptable”, pero pide a la dirección de la empresa “seriedad y sensibilidad”, puesto que desde 2008 ya se han realizado una docena de ERTEs, y subraya que, con estas medidas, los trabajadores ven reducido el tiempo de la prestación del desempleo y una progresiva disminución de retribuciones.
La inmensa mayoría de los trabajadores de FICO, en las asambleas celebradas a lo largo de ayer viernes, han aceptado el acuerdo que han alcanzado los representantes sindicales con la dirección de la empresa, y que ya está firmado, para llevar a cabo un ERTE por un máximo 95 días hasta el próximo 30 de junio, a partir de este momento.
Para el personal ligado a la producción, se podrán suspender los contratos de trabajo por un máximo de 95 días, desde ahora y hasta el 30 de junio de 2022. Para el colectivo de trabajadores no ligado a la producción, se podrá aplicar una reducción de jornada de hasta un máximo del 50% de la jornada de trabajo, en término mensual, pudiendo aplicarse en reducción de la jornada diaria o acumulando mensualmente las horas, en función de las necesidades organizativas de la empresa, según se señala en el acuerdo.
Los mayores de 58 años quedan excluidos del ERTE salvo en el caso que afecte a la totalidad de los empleados del departamento en el que trabajen, y no puedan realizar una actividad alternativa en otra sección, o bien pidan estar en el ERTE voluntariamente. La empresa se ha comprometido a mantener las cotizaciones y a recibir el 10% de las retribuciones de las vacaciones.
El sindicato CSIF considera “aceptable” este acuerdo “ante la realidad de la situación que está atravesando en este momento el sector de automoción, en el que las marcas están paralizando intermitentemente su producción de coches, que son los clientes de FICO”. Sin embargo, avisa que estará “muy atento” para que se lleve a cabo correctamente, y traslada su inquietud por lo que pueda ocurrir después de junio, cuando acabe el ERTE aceptado por los sindicatos, ya que la empresa no ha dicho nada y es algo de lo que se debe hablar.
CSIF recuerda que la empresa ha realizado 12 ERTEs desde 2008, “casi a uno por año”, y que esta herramienta está perjudicando al trabajador, en la reducción del tiempo de la prestación del desempleo y en la progresiva disminución de retribuciones.
Por ello pide a la dirección de la empresa “seriedad, racionalidad y sensibilidad” a la hora de aplicar estas medidas, que -si bien son legales- no pueden gestionarse de manera caprichosa, y deben responder a unas dificultades reales de problemas de producción, donde no cabe ‘jugar’ con la utilización de contratos temporales, mientras la plantilla fija esté en ERTE.