CAPITAL
Actualizado 28/10/2021 21:00:38

Con motivo del Día de Todos los Santos hacemos un repaso por el Festival de terror más emblemático de la ciudad y su epicentro: Gustavo Adolfo Bécquer.

El Festival de las Ánimas empezó como empiezan todos los buenos planes: una noche con amigos, moscatel y la reivindicación de la figura de un escritor posromanticista quemándonos en los labios.

Ernesto López, profesor de la Escuela de Adultos, decidió incautarse de 20 alumnos, algunos buenos amigos y sus dos hijos, Emilio y Ernesto, para recordar, al son de las rabeladas y tejoletas en mano, que a Gustavo, bohemio, insurrecto, libre, no lo merecimos nunca. Que empezamos a valorarlo cuando se empieza a valorar lo importante: cuando ya no está. En 1986 se cumplían 150 años del nacimiento de Bécquer, pero la efeméride no se celebra, porque Antonio Machado eclipsaba al resto de los literatos para los que la provincia había sido sinónimo de hogar en algún momento.

“Mi padre decide poner en valor al autor, porque no se conocía nada de él y ha sido más universal que Machado en la literatura universal. Bécquer no murió joven, vivió muy rápido”, sostiene Ernesto López hijo, “Nano”, portavoz de la Asociación de Amigos de las Ánimas que organiza el Festival.

Bécquer, de figura a festival

Durante los últimos años en los que el Festival se celebró sin el apoyo de las instituciones públicas, llegaron a juntarse hasta 500 personas alrededor de la hoguera. “Era una reunión de amigos que se convirtió en algo más grande. Incontrolable. Para poder hacernos con ello necesitábamos ayuda”. En el año 2011, el Ayuntamiento de Soria financió una parte del festival, lo que permitió costear algunas activaciones como el desfile, una de las actividades con mayor afluencia. “El desfile poco a poco empezó a hacerse más grande que la propia lectura de la leyenda. El paseo se ha ido convirtiendo en el hermano mayor de esta actividad y estamos deseando poder volver a celebrarlo”, puntualizan desde la organización.

En 2019, último año en el que se celebró el desfile, se reunió a 120 percusionistas, un equipo de pirotecnia, títeres, zancudos y más de 300 actores que inundaron la ciudad. Asistieron más de 6.000 personas. Este año, las cifras que se esperan son también bastante elevadas. De momento, 350 asistentes en el ‘Scape room’ duran- te mes y medio, 500 relatos en el concurso de relatos cortos, 500 corredores en las carreras, unas 1.000 personas en las lecturas y otras 1.000 en la lectura del 1 de noviembre. La clave del crecimiento, para Ernesto, está clara: “En Soria ocurre una cosa curiosa, y es que los propios ciudadanos proponen actividades a las instituciones públicas. Los sorianos son los agentes culturales de la propia provincia y eso es un lujo”.

Escritoras malditas y cuentos de provincia para no dormir

En esta XXXVI edición se le está dando un peso especial a literatas póstumas, como Virgina Woolf, Alejandra Pizarnik (en la imagen) o Sylvia Plath. “Nunca lo habíamos hecho. No estábamos dando los pasos necesarios para el cambio y no lo hacíamos de forma consciente. Siempre recurríamos a autores, también excepcionales, como Stephen King, Lovecraft o el propio Bécquer. Sin embargo, la historia tiene una cuenta pendiente con ellas”.

Lo que está claro es que Soria es una provincia con gusto por lo terrorífico desde tiempos inmemoriales. ‘El Monte de las Ánimas’, ‘El rayo de luna’, ‘La corza blanca’ o ‘Los ojos verdes’ son algunas de las leyendas que Bécquer recoge en su obra. Cuentos de terror que pasaban de boca en boca, en los pueblos de la provincia. Cuentos que se encuentran ubicados en esa fina línea que delimita la realidad de la ficción, y dieron lugar a ‘Leyendas y narraciones’. Cuentos que forman parte de la propia realidad soriana de la época.

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