El extécnico numantino repasa en Soria Noticias cómo ha vivido el fin de semana en la ciudad y recuerda los mejores momentos que experimentó como entrenador del conjunto rojillo.
El Numancia demostró ayer una vez más porque es un equipo grande. A pesar de la categoría que milita actualmente, el club volvió a tirar de sus valores para homenajear a uno de los suyos. El extécnico rojillo, Juan Carlos Unzué, fue el encargado de realizar el saque de honor del partido, recibiendo una calurosa ovación de todo el público de Los Pajaritos que se puso en pie.
Respecto a ese homenaje, Unzué se muestra muy agradecido: “Cuando entraba a los vestuarios se ponían los pelos de punta al ver como estaba la grada. Solo puedo dar las gracias a toda la gente que hizo posible este fin de semana y que me sorprendió trayendo a mi familia y a la de mi mujer”.
En la misma dirección, el técnico también quiere dar las gracias César Palacios y a Eduardo Rubio por “darme la oportunidad de cumplir mi sueño de ser entrenador”. Esa relación tan cercana que se produjo hace una década posibilitó que sucediera el homenaje de ayer.
En aquella ocasión y con el Numancia en 2º, el equipo consiguió quedar décimo bajo las órdenes de Unzué. En relación con esa temporada, el míster manifiesta que está satisfecho por el trabajo realizado y por ver que a día de hoy se le recuerda con cariño en Soria.
De ese año, el entrenador también se queda con la convicción que tuvieron sus pupilos de adaptarse a un estilo de juego muy valiente: “Generamos muchas ocasiones, pero nos falto mayor seguridad defensiva para poder luchar por el ascenso. Con todo, me quedo con la capacidad del equipo de confiar en mi idea de juego”.
A pesar del descenso a los infiernos del Numancia, Unzué se muestra ilusionado con la versión que vio del equipo en el choque de ayer: “Me gusta su idea de ser dominadores en el aspecto ofensivo y de salir jugando el balón desde atrás. Me dio la sensación que en ataque hay jugadores muy buenos y de que es una plantilla joven con ganas de crecer. Ojalá ascendamos”.
El técnico que padece ELA está luchando por visibilizar la enfermedad y por poder recaudar fondos para su investigación. Soria no fue menos, y durante toda la semana se realizaron numerosos donativos.
“Cuando uno pasa por una circunstancia como la mía es de agradecer las aportaciones de la gente. Si conseguimos visibilizarla y echar una mano a mis compañeros de equipo en una situación más complicada estaré contento”, afirma Unzué.
En esa lucha por dar a conocer la ELA, el técnico no está solo. Soria ayer demostró que cuando los suyos lo necesitan, la afición va con ellos sin pensárselo dos veces. Con gestos como el de ayer, el Numancia está más cerca de volver al lugar que nunca tuvo que abandonar.