La empresa rechaza las pretensiones de los trabajadores que solicitan ERTEs rotativos con el fin de recuperar los casi 200 empleos que contemplaba la explotación de cannabis.
Los representantes de los trabajadores de Ondara siguen en su empeño de mantener la plantilla en los invernaderos de Garray que ahora son destinados a la producción de cannabis con fines terapéuticos. Como es sabido, la empresa considera que para mantener la actividad, en el apartado de producción solamente son necesarios 40 puestos de trabajo, con lo que se iniciaría la regulación de empleo para los otros 151 que figuran en nónima. Así las cosas, sumando personal administrativo y técnicos los empleados llegan a los 69.
Los sindicatos plantean el establecimiento de ERTEs (expedientes de regulación temporal de empleo) de manera rotativa con el fin de que la compañía mantenga el mayor número de trabajadores y de este modo, aquellos empleados que no dispongan de prestación o en su caso solamente puedan acceder al 50% de la misma, puedan beneficiarse por los sueldos de la empresa. El ERTE, que fue suscrito el 27 de abril, tiene una vigencia hasta el 31 de diciembre.
De hecho, hoy mismo han sido sacados del expediente 20 trabajadores y el día 15 harán lo propio otros tantos, en su mayoría mayores de 54 años, además de dos o tres técnicos para continuar el proceso de producción de la planta, que ahora, en su fase inicial, está cultivándose en 0,7 hectáreas de las 14 que ocupan los invernaderos. La previsión es, a mayores y a medio plazo, la de utilizar otras dos hectáreas si el proyecto sigue adelante.
La compañía considera que es inviable esta la propuesta que esgrimen los sindicatos, ya que los 40 empleos son suficientes para certificar los lotes de validación y garantizar ya en verano por parte de la Agencia Estatal del Medicamento la licencia de comercialización. Sin embargo, fuentes del comité de empresa ha mencionado que es preciso "encontrar otras fórmulas" que lleven a dejar sin efecto el actual ERTE, y con ello los despidos.
Los sindicatos recalcan que es necesario evitar la rescisión de contratos e inciden a la incertidumbre y la presión a la que están sometidos los 151 empleados que se están viendo afectados por las intenciones de la compañía. Una insistencia que se mantiene toda vez que ayer por la tarde fue celebrada una reunión entre partes y que se concluía sin ningún avance.
El plazo de negociaciones es de un mes para llegar a acuerdos.