Los rojillos han vivido un año muy difícil con numerosos cambios en todas las parcelas tras el descenso de categoría.
Hay años negros que marcan negativamente la trayectoria de ciertos equipos. Ese fue el caso del 2021 y del Numancia. Los rojillos vivieron una campaña en la que nunca llegaron a estar cerca de cumplir las expectativas de luchar por regresar al fútbol profesional, y acabaron sufriendo el duro varapalo de bajar a 2ª RFEF. Después de ese trauma, los numantinos se encuentran en la cuarta categoría del fútbol nacional peleando por salir de ella cuanto antes.
Como todas las historias tienen su comienzo empecemos por él. El Numancia arrancó el 2021 con Manix Mandiola como entrenador del equipo intentando acceder a las tres primeras plazas que daban acceso a luchar por volver a 2ª División. Muy lejos de la realidad, el conjunto rojillo se cayó y Mandiola fue despedido al poco de entrar en enero.
En su puesto aterrizó Álex Huerta con el objetivo de enderezar el barco después de dos años como segundo técnico del primer equipo. El entrenador de la casa no lo tuvo nada fácil ya que al poco de desembarcar en Los Pajaritos el Covid obligó a los sorianos a aplazar varios partidos durante el comienzo del año.
Tras superar ese bache, los rojillos tardaron en carburar y tan solo la victoria frente al Oviedo B ilusionó a la parroquia numantina. En ese contexto, los sorianos encararon las dos últimas jornadas de la primera fase del grupo no dependiendo de sí mismos, con pocas opciones de poder acceder a la fase de ascenso.
Esas aspiraciones pronto desaparecieron con el empate en Langreo, llegando al partido frente al Covadonga sin ninguna opción de poder competir por regresar a 2ª División. Con esa realidad, los de Álex Huerta se encuadraron en el grupo que intentaría mantenerse en 1ª RFEF con rivales de la talla del Deportivo de La Coruña o el Racing de Ferrol y en el que solo valía clasificarse entre los dos primeros para evitar el desastre.
Esa nueva etapa de la temporada comenzó con dos victorias ante el Compostela y el Ferrol, y una derrota muy polémica en Riazor. Con esos resultados, el equipo encadenó en la segunda vuelta una victoria, de nuevo, ante el Compostela y un empate frente al Racing de Ferrol que le impidieron depender de él mismo ante el Deportivo.
Ese choque que se disputo el 9 de mayo nunca será olvidado por su afición. El equipo dio la cara y venció al conjunto coruñés, pero el triunfo del Racing de Ferrol frente al Marino Luanco hizo realidad el peor de los presagios: El Numancia descendía a la cuarta categoría del fútbol español, pasando en dos años de 2º División a 2ª RFEF.
Ese momento supuso un punto de inflexión del club con importantes cambios en todas las parcelas: Moisés Israel dimitió como presidente, Fernando Alonso dejó de ser director deportivo del club y Álex Huerta no fue renovado como entrenador del combinado soriano.
Con el objetivo de cambiar todo desembarcó en Los Pajaritos Santiago Morales como nuevo presidente, Rubén Andrés como máximo responsable deportivo y Diego Martínez cogió los mandos de la nave soriana después de estar muy cerca de subir a 2ª División con el Calahorra. Estos no fueron los únicos cambios ya que la plantilla sufrió una remodelación por completo, repitiendo tan solo del año anterior, Cotán, Tamayo y Borja San Emeterio tras llegar a un acuerdo para seguir vinculados con la escuadra numantina.
Con este nuevo panorama, el equipo dejo muy buenas sensaciones en pretemporada con auténticos partidazos, goleadas y una puesta en escena estelar de Allyson que lo convirtieron en una de las principales esperanzas de la afición.
A pesar de esas buenas sensaciones el inicio de Liga fue duro y los rojillos tardaron en carburar con malos resultados fuera de casa, pero con una fortaleza inexpugnable en Los Pajaritos que les llevó a entrar en la zona de promoción a 1ª RFEF.
Esa dinámica alcanzó su momento álgido con sus dos triunfos consecutivos ante el Formentera y el AE Prat, y con la victoria en Tarazona que permitieron a los sorianos colocarse por primera vez en la temporada en el liderato de la tabla.
Tras esos encuentros el nivel del equipo ha bajado, y los sorianos han encadenado tres partidos sin lograr la victoria en Los Pajaritos, situación que les ha llevado al parón de navidades fuera de los puestos de play off.
A pesar de ello los rojillos están muy cerca de la zona noble, ocupando una posición que les permite soñar con todas las opciones. Con ello, los chicos de Diego Martínez tratarán que el 2022 sea el año que suponga el comienzo del regreso y que al final de él los rojillos estén cerca de poder luchar por volver a su sitio.