Los celestes estuvieron a punto de clasificarse para las semifinales del play off y este año, bajo las órdenes de Toribio, se han presentado como una de las revelaciones de la Superliga.
Después de varias temporadas de sinsabores en el Río Duero Soria, los celestes han conseguido en 2021 regresar a la parte alta de la clasificación, peleando por cotas importantes, y devolver la ilusión a una afición que nunca ha dejado solo a su equipo a pesar de haberlo pasado mal en anteriores cursos.
Pero, empecemos por el inicio. El conjunto dirigido a comienzo de año por Manuel Sevillano entraba a 2021 con la decepción de no haber conseguido la clasificación para la Copa del Rey por una mínima diferencia de sets. Ese batacazo supuso un punto de inflexión para los sorianos ya que los llevó a realizar una segunda vuelta espectacular.
Una racha de siete victorias desde la jornada 19 a la 25 permitió a los celestes escalar posiciones en la tabla, logrando clasificarse cómodamente para el play off en la sexta posición. Otra de las grandes noticias durante ese periodo fue el nivel de jóvenes como Olalla o Villalba, que demostraron que eran jugadores muy válidos para Superliga.
De esta manera, el Río Duero se presentó en los cuartos de final del Play off frente al todopoderoso Unicaja Almería. Sin miedo a enfrentarse a uno de los favoritos a hacerse con el título y con un desparpajo enorme, los de Manuel Sevillano consiguieron la victoria en Los Pajaritos en un partido espectacular.
Con el punto a favor de los sorianos, la serie se trasladó hasta tierras malagueñas. En el pabellón Moisés Ruíz, el Río Duero puso al Unicaja contra las cuerdas en ambos choques, pero finalmente, la diosa fortuna quiso que la eliminatoria cayera del lado de los locales. A pesar de ello, el combinado celeste se despidió con honores de una Superliga en la que había recuperado su esencia de equipo grande.
Con esa dinámica el Río Duero llegó a un verano en el que el cambio más importante se produjo en el banquillo. Manuel Sevillano se despidió de la cancha después de varios años, convirtiéndose en el nuevo director general del club, y Alberto Toribio aterrizó en Los Pajaritos en su sustitución. Junto al técnico, el combinado soriano sufrió la sensible baja de Gerard Osorio, llegando en su lugar, Álvaro Gimeno, un joven opuesto que desembarcaba en la capital soriana con el objetivo de comerse el mundo.
En ese contexto, el equipo comenzó la pretemporada con los ambiciosos objetivos de clasificarse para la Copa, después de tres años de ausencia, y para el play off. Con esos retos en la mente, los sorianos llevaron a cabo una pretemporada en la que contaron con todos sus partidos como victorias, acumulando unas sensaciones extraordinarias.
Así se llegó a un inicio de Superliga en el que los de Toribio acumularon una derrota, en el primer partido en Manacor, y cuatro victorias consecutivas que les auparon a la parte noble de la tabla. Con esa dinámica, los sorianos han conseguido finalizar la primera vuelta invictos en Los Pajaritos, realizando brillantes partidos como frente a Melilla y Teruel, y clasificándose con solvencia para la Copa del Rey.
Junto a ello, el crecimiento de jugadores jóvenes como Gimeno, Villalba u Olalla, la aportación de otros veteranos como Salvador o Folguera, y el papel de la afición en los partidos de Los Pajaritos han puesto el broche de oro a una primera parte del campeonato sobresaliente para los pupilos de Alberto Toribio.
Con todo ello, el Río Duero se despide de un 2021 espectacular, soñando con repetir y superar estos éxitos en un 2022 en el que las expectativas están muy altas y en el que las ilusiones de muchos sorianos están puestas en la Copa del Rey.