Los vecinos han pasado de la desesperación al cabreo tras una avería general que se repite "habitualmente" cada final de año.
Velilla de los Ajos es un pequeño municipio de la provincia de Soria ubicado en la comarca de Almazán. Con 19 habitantes censados, las rutinas allí transcurren, normalmente, con absoluta normalidad. Pero sus vecinos han asumido, resignados, que los que deberían ser los mejores días del año también llegan tradicionalmente acompañados de una importante ausencia.
Los velillenses han estrenado el 2022 de la misma forma que despidieron el 2021, sin teléfono fijo. La desesperación ha dado paso al cabreo porque de once días, son ocho ya en los que, al descolgar el teléfono, no se recibe ninguna señal.
"Todas las navidades suele pasar lo mismo", explica Rocío Rodríguez, hija del pueblo. "El 24 de diciembre ya no teníamos teléfono, se arregló el 29 y el 1 se fue otra vez. Este lunes seguimos sin poder contactar con los que viven allí ", aclara esta velillense que cada día cruza los dedos "para que a mis padres, o a cualquiera de los seis vecinos que viven allí de normal, no les ocurra ninguna emergencia".
Rocío Rodríguez asegura que las llamadas a la compañía telefónica son reiteradas, pero la despoblación también afecta a los criterios que se siguen a la hora de dar solución a las incidencias. "Sabemos que es una avería general porque afecta a todos los vecinos, pero nos dicen que como no se ha recibido el número suficiente de llamadas consta como individual y pasarán casa por casa a intentar repararla", refiere.
El problema es que, con seis vecinos residiendo de forma habitual en Velilla de los Ajos, es bastante complicado que se reciba un número de llamadas que cumpla la ratio. Por ello, cada vez que se presenta este problema, los velillenses deben organizarse y llamar a los que viven fuera para "notificar averías aunque no se viva en el pueblo", cuenta Rodríguez.
Recién estrenado el 2022, parece mentira que un pueblo entero continúe dependiendo del teléfono fijo, pero en la España Vaciada esto no resulta tan llamativo. "Todos los vecinos tienen móvil, pero esto no arregla nada, porque si el día amanece nublado o tienes una compañía con escasa cobertura, tienes que ir a buscarla fuera de casa, a una zona elevada por ejemplo", critica Rocío.
Es decir, cualquier emergencia que ocurra dentro de casa en un día de los de avería general puede resultar fatal. Por ello, Rocrío Rodríguez insiste en que "hay que encontrar una solución, porque independientemente de que seamos pocos no es justo que tengamos que estar rezando cuando pagamos nuestro servicio".