Calles sin asfaltar, reuniones en un edificio que "se está cayendo", autogestión o mala iluminación. Así describen los vecinos del barrio de Las Casas su día a día mientras recuerdan al Ayuntamiento de la capital que “también pertenecemos a Soria”.
“No pedimos ser más que nadie, pero tampoco menos”, así de contundente se muestra Gustavo Gonzalo, vocal de la Asociación de vecinos de Las Casas, desde donde reclaman una mayor atención que los ayude a poner en marcha “muchas cosas que llevan años paradas y muchos proyectos aparentemente presupuestados que no se ejecutan”.
Y es que, desde que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) concediera hace apenas unos días una subvención de 200.000 euros al Ayuntamiento de Soria para financiar las obras de construcción de una pasarela peatonal sobre la SO-20, han sido “muchos los medios de comunicación” que fueron a atenderlos. No obstante, esa ejecución, que conectará el polígono industrial de Soria con el barrio de Las Casas, “no soluciona un problema” que perdura en el tiempo.
Dicho proyecto lleva solicitado por parte de la Asociación desde 1985, pero es ahora cuando “todo el mundo está expectante ante la pasarela”, mientras que ellos se enteraron de la noticia “a través de la prensa porque ni siquiera” recibieron información. Se sienten “ignorados”, aseguran, ante una lucha de “mucho tiempo”. Según expone, la pasarela no es algo fortuito, pues cuentan con “un proyecto hecho por un ingeniero de caminos de manera altruista” que presentaron al Ayuntamiento.
Ante dicha situación, desde la Asociación demandan una conversación que termine en hechos y no en palabras porque “son muchas las promesas” que los hace seguir “siendo escépticos”. Con respecto a la cárcel, dice, estaban “un poco reacios al principio”, pero considera que, al final, los terminará favoreciendo porque todo lo que se ha ido ejecutando ha sido debido a las instituciones penitenciarias. “Con la apertura de la cárcel se ha vuelto a escuchar que nos quieren poner autobús urbano, que también nos ha dado muchos problemas de horario y se justificaban diciendo que no montaba la gente”, asegura su vocal.
Con todo, ellos se encargan de actuar “como alcalde de una pedanía, sin tener que hacerlo” porque “el servicio de limpieza es muy deficiente, la rotonda que hicieron para la cárcel está completamente abandonada a la maleza, el lavadero se arregló hace casi 20 años y siguen sin darle uso, la iluminación es claramente insuficiente” y cuentan con “calles sin asfaltar”.
De hecho, su situación es tal que se encargan de “la limpieza del consistorio médico” y tienen que “estar pendientes de todos los problemas del día a día, no sólo de organizar las fiestas”. Por ello, solo piden ser escuchados, “una reunión con el Ayuntamiento para que se atiendan” sus demandas. Unas peticiones que empiezan, según Gonzalo, por unas instalaciones “decentes a las que no se les caiga el techo” porque es “el único sitio” donde pueden reunirse. “El Ayuntamiento se está cayendo, necesitamos que se arregle porque es un proyecto ya presupuestado que no se ejecuta”, añade.
A pesar de todo, Gustavo Gonzalo asegura que hay noticias positivas, como que la zona pueda contar, durante este 2022, con el primer grado de Formación Profesional de conductores de España, pero sus demandas no son en balde y continuarán luchando. “No reclamamos más que lo que puede hacer cualquier barrio, pagamos nuestros impuestos como cualquiera. Las noticias de la pasarela están muy bien, pero necesitamos que se nos pregunte y que se involucren con todos nosotros”, puntualiza.