La mayoría de municipios han recuperado las cabagaltas.
La noche de Reyes es, sin duda, la más especial del año para grandes, pero sobre todo para pequeños. La ilusión comienza cuando se esconde el sol, pues es el momento en el que arrancan la mayoría de las cabalgatas.
Este 2021 el misterio se ha mantenido casi hasta última hora. A comienzos de Navidad todo apuntaba a que el avance de la sexta ola del coronavirus obligaría a suspender la recepción a Sus Majestades en todos los pueblos de la provincia, pero los Ayuntamiento han apostado, en su gran mayoría, por mantener un acto que va dirigido a los que mejor se han portado durante los últimos meses, los niños.
Es cierto que ha habido variantes. Algunos municipios, como Covaleda, decidieron celebrar las cabalgatas en sus modalidades estáticas. Otros, como El Burgo de Osma, suprimieron los lanzamientos de caramelos desde la carrozas. Pequeños detalles que no han deslucido eventos mágicos, llenos de bocas abiertas y sonrisas.
Tampoco el frío, la lluvia o, incluso, la nieve que ha cayó a esas horas en múltiples localidades sorianas, consiguieron que las familias se quedasen en casa. Eso sí, todos portaron su mascarilla y, aunque al aire libre, se intentaron mantener las distancias preventivas.