El museo, que cuenta con una valiosa colección etnográfica, propone ahondar en una reflexión social sobre nuestro mundo rural tradicional y aquellas formas de vida y su olvido.
El Museo Numantino abre esta mañana al público la exposición ‘Fractura. Un proceso cultural’, que recorre la vida rural de nuestra tierra con un acusado simbolismo, desde la infancia, y a través de una serie de capítulos en los que se reconocen etapas de la historia, de la vida social más reciente, hasta la despoblación.
Desde sus orígenes, el Museo Numantino ha prestado una especial atención a la constitución de una importante colección etnográfica. Es reconocible el trabajo de su primer director, Blas Taracena Aguirre, en la documentación y el apoyo de la investigación en este campo en un momento incipiente de la consideración de estos bienes como objetos culturales.
Estas piezas se mantuvieron en el tiempo y la colección etnográfica del Museo es ahora una colección valiosa en términos de representatividad de la cultura tradicional de la provincia. Durante un siglo se incrementó gracias a la sensibilidad de personas que donaron objetos al pueblo español para su conservación e investigación.
La colección requeriría un gran espacio para su exposición permanente debido a las exigencias museográficas del patrimonio etnográfico. Por ello, la Consejería de Cultura y Turismo y el propio Museo Numantino han marcado entre sus prioridades la realización de una exposición temporal anual en la que mostrar esta riqueza patrimonial.
Representación de actividades de toda la provincia
La exposición, de la que es comisaria la directora del Museo Numantino, Marian Arlegui, y que ha sido realizada por el propio equipo del centro, se desarrolla a través de una serie de capítulos abiertos: infancia, escuela, trabajos agrícolas, ganadería, alusiones a la cantería, la cerería y el trabajo textil, la caza, la cocina como centro de vida, la religiosidad y las festividades, concluyendo con la alusión severa a la despoblación que está convirtiendo a los objetos etnográficos en históricos, debido a su abandono y olvido en su entorno.
Para muchos visitantes este recorrido será un recuerdo, una evocación de lo que vivieron o vieron; para otros, sorprendentemente, será como un capítulo de historia lejana, cerrada.
Se han incluido también en la muestra ciertas evocaciones a la transformación reciente de algunas de estas actividades. La suma combinada de objetos y fotografías, cuyo uso ha sido facilitado por el Archivo Histórico Provincial de Soria, hace que la exposición contenga múltiple y numerosa información, alguna evidente, otra sugerida o evocada.
Los objetos han sido seleccionados sin ánimo de exhaustividad, buscando la representación de actividades diversas de toda la geografía soriana. Pero la exposición tiene múltiples lecturas a los objetos, las fotografías añaden la forma en que se vivieron y utilizaron, sugieren toda una forma de vida y conocimiento que como sistema cultural ha desaparecido sin alternativa para el medio rural. Por ello, la exposición pretende sugerir preguntas, haciendo evidente una cruda realidad analizada como proceso cultural en que una cultura desaparece sin haber sido asumida en un progreso, sustituida o superada por otro modelo que la integrara evolucionada. La despoblación es un hecho que no puede omitirse.
Ficha técnica de la exposición
La exposición podrá visitarse en el horario regular del Museo Numantino hasta el próximo mayo. Se ha editado un breve folleto complementario, enriquecido con numerosas fotografías, cuyo objetivo es incitar a la reflexión social que existe desde hace tiempo sobre nuestro mundo rural tradicional y aquellas formas de vida y su olvido.
Además de comisaria de la exposición, Marian Arlegui también es responsable del diseño museográfico, junto con la restauradora del centro, Blanca Martínez, así como de los textos, que comparte con Benito Arnaiz. Son autores de las fotografías Alejandro Plaza (piezas) y Valentín Guisande (arquitecturas y paisajes), además de las facilitadas por el Archivo Histórico Provincial y A. Lorenzo que cedió una de gran interés. Además, Blanca Martínez es responsable de la conservación preventiva y, con José Luis García, del montaje museográfico; y del diseño gráfico y maquetación se ha encargado Alfonso Pérez.
Los objetos expuestos, así como los que ilustran el catálogo, proceden de la colección del Museo Numantino. Algunos han sido donados por P. Archilla, E. Arnanz Modrego, M. Caballero, P. García Llorente, Hermanos Gonzalo, R. Lamata Burgos, P. Lasanta del Barrio, A. Lorenzo, H. Morales Vera, P. Pérez Negredo, E. Romero Corredor, P. Ruiz Martínez, A. Sanz Gonzalez e I. Zapatero. Las dulzainas han sido prestadas para esta exposición por Fernando Pérez Arribas.