El vacuno lácteo ha pasado en la provincia de 3.500 vacas y 26 explotaciones a unas 100 vacas en 2 explotaciones. Eso complica la vida a la marca Mantequilla de Soria.
El campo soriano ha cambiado su fisionomía radicalmente en las últimas décadas. En los últimos 30 años el censo de cabezas de ovino y vacuno de leche se han desplomado, mientras el porcino se ha multiplicado por 2. ¿La razón? “El ganadero busca la forma de vivir un poco dignamente”, explica Carmelo Gómez de Asaja Soria. Las ovejas y las vacas para leche son muy esclavas y quienes se incorporan al sector buscan algo más rentable y llevadero en el día a día.
Los datos son abrumadores. En 30 años el censo de ovejas ha pasado de 662.855 a 179.433 según los datos de la Junta, aunque las estimaciones del sector señalan que el dato actualizado rondará los 150.000. Casi medio millón de ovejas menos en una provincia para la que en su día la mesta lo fue todo. Más extremo es el caso de las vacas de ordeño, que han pasado de 3.500 a 180 en datos oficiales, aunque en la realidad rondan solo el centenar en la provincia. “Si esto sucede es por algo”, señala Carmelo quien avisa que “con esta situación difícilmente se va poder mantener la calificación de Mantequilla de Soria”.
En el lado contrario está el de porcino. Con más de 2.000.000 millones de cabezas de este ganado vendidas al año desde la provincia, el censo ha pasado de 246.102 a 531.773 en 30 años. También sube, aunque menos, el vacuno de carne. Su censo ha pasado de 19.891 a 23.809 en estos 30 años.
Eso en cuanto a cabezas de ganado, en cuanto a explotaciones también se nota la reestructuración de los diferentes ganados. El bovino ronda las 300 explotaciones (hace 30 años estaba cerca de 500), el porcino (que ha doblado las cabezas) ha pasado de 500 a unas 200 explotaciones y el ovino de más de 1.200 a unas 500 de la actualidad. Con todo el sector que más ha sufrido es el de las vacas de leche. De las 26 de hace 30 a solo 2 actualmente, y una con sus propietarios fuera de la provincia.