Lo ha hecho a través de un comunicado en el que explica que estos servicios son esenciales para luchar contra la despoblación.
La situación de la atención primaria de Muriel de la Fuente en los últimos años ha empeorado, agravándose de forma drástica durante y después de la pandemia por COVID-19. Han sido muchos los meses en los que el consultorio ha permanecido cerrado a las visitas médicas presenciales.
Ante esa situación, el Consistorio soriano ha explicado a través de un comunicado que "somos conscientes de la situación de crisis sanitaria tan acuciante que ha sufrido la sanidad, ya que, en nuestro ámbito, también la hemos padecido, y hemos cumplido con las medidas sanitarias que nos solicitaron para poder realizar las consultas médicas y de enfermería, pero solo se ha estado realizando el servicio de enfermería de forma constante".
Para la asistencia médica se ha hecho imprescindible concertar una cita previa que debe ser telefónica, siendo en ellocalidad muy difícil conseguirla puesto que hay problemas de cobertura telefónica (el otro motivo de enfado en el Ayuntamiento).
Los teléfonos fijos son de sistema TRACK, hay momentos en los que no funcionan y las líneas móviles, la mayor parte del tiempo, se encuentran sin cobertura, teniendo que salir de la vivienda, incluso del casco urbano, para conseguirla. "Contactar con el Centro de Salud, no nos asegura la atención inmediata ya que pasamos al siguiente problema, porque rara es la vez que contestan al teléfono sin tener que realizar varias llamadas", indican desde el Consistorio.
Soria Rural atiende a un gran número de municipios los cuales, hasta la pandemia, no tenían que coger cita previa, por lo que al principio de la vuelta a la asistencia (junio de 2020) no contaban ni con personal administrativo ni con líneas telefónicas suficientes para dar abasto a la demanda que se produjo por el requisito que se impuso desde la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León.
Ambas cuestiones, el problema de cobertura telefónica y el problema en la gestión de las llamadas ya se pusieron de manifiesto en una reunión previa a la apertura de los consultorios médicos ante el Gerente de Asistencia Sanitaria en Soria, donde también informaron al Ayuntamiento de Muriel de la Fuente sobre las jubilaciones de personal facultativo que iba a haber y las dificultades para cubrir esas vacantes.
Con todo esto, su alcaldesa, Belén Antón, señala el abandono médico que sufren sus vecinos: "Creemos que se ha aprovechado la coyuntura sanitaria para recortar los días de visitas médicas que ya se habían visto reducidas en la última década, dejando una sola consulta semanal cuando hace unos pocos años eran tres los días en los que pasaba consulta el personal médico".
Han transcurrido más de 18 meses de esa reunión y se continúa con los mismos problemas. En Muriel de la Fuente se sigue exigiendo la cita previa, aunque no tienen cobertura telefónica y siguen sufriendo la demora para que contesten la llamada desde el Centro de Salud.
"Entendemos las circunstancias laborales del personal que trabaja en atención primaria, considerando que es una cuestión de previsión, organización y voluntad política todos los problemas que se han generado a los habitantes de nuestro municipio para poder acceder a los servicios primarios de salud generando inquietud e inseguridad siendo un punto determinante para la decisión de permanecer en el territorio o irse donde se sientan protegidos. La esperanza del medio rural pasa por unos servicios públicos de calidad entre otros muchos factores y quienes no los facilitan están dificultando la lucha contra la despoblación y el reto demográfico", afirma la alcaldesa de la localidad.
Por último, desde el Consistorio se expresa que "no hemos estado quietos ni callados ante esta situación que sufrimos, ya que, Muriel de la Fuente, a través de la Asociación La Fuentona de Muriel, denunció el pasado 5 de diciembre su problema de carencia de unos servicios tan básicos como es la sanidad y la telefonía con una manifestación", en un día invernal con nieve incluida, que fue respaldada por unas 300 personas del municipio y de otros que sufren problemas similares, haciendo ver su hartazgo "ante la pasividad de quienes tienen la responsabilidad de velar por el bienestar de cualquier individuo independientemente de dónde se encuentre".