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CAPITAL
Actualizado 26/01/2022 20:45:16
Sandra Guijarro Galán

El soriano y director Roberto Monge reconoce que en Valdelavilla encontraron todas las características escénicas que iban buscando. Lo que parecía un cuento se convirtió en un plató natural que tuvieron que desenfadar. Los actores se han convertido en conocedores de toda una provincia.

Roberto Monge, director cinematográfico afincado en Madrid, nació en Almajano y reconoce que practica el “sorianismo”. Ha participado en series como ‘El Internado’ y ‘Aida’ y fue el responsable de elegir el lugar donde se rodaría ‘El Pueblo’. Soria, su tierra, de la que se ha convertido en profeta. Tras recibir el premio ‘Monreal 2022’ por la promoción y difusión de la provincia de Soria otorgado por la Asociación de Profesionales de la Información de Soria (APIS), Monge ha admitido que ha sido “una sorpresa”.

No obstante, su nombre, de un modo u otro, forma parte de una labor que ayuda a situar a Soria en el mapa. Una idea que fue fruto de una conversación con su compañero y productor de la serie, Alberto Caballero, quien le propuso representar a unos urbanitas en un pueblo con ciertos rasgos específicos. Necesitaban “un lugar con unas características muy peculiares, una localización bastante difícil”, comenta. Por ello, empezaron a trabajar con localizadores con los que buscaban pueblos por varias provincias. En este punto, Monge propuso Soria y se dedicó “en cuerpo y alma a encontrar algo”. Valdelavilla reunía todos los requisitos.

“Necesitábamos un pueblo que se pudiera habitar, pero que a la vez no viviera nadie para tener una producción televisiva sin problemas. Eran muchas coincidencias y yo estaba encantado. Le dije a Alberto: creo que lo he encontrado. Lo vio y así surgió”, explica.

Sobre las dificultades, admite que tuvieron que hacer lo contrario a lo que se suele hacer porque se encontraron con un lugar preparado para el turismo rural y necesitaban un escenario que pareciera más normal, con casas de gente que de verdad viviera en el pueblo, con aperos, muebles, puertas y ventanas. “En lugar de dejarlo como estaba hicimos una especie de paso atrás. Lo envejecimos, lo estropeamos, vivimos el pueblo”, señala.

Una aldea para representar a todo un pueblo

En la pre-producción de la serie, allá por el año 2016, la primera impresión del equipo de rodaje sobre Valdelavilla fue la de “el sitio perfecto”. Roberto Monge quería traerse la comedia a Soria, y lo hizo. El grupo se encontró con “un plató natural entero” para ellos. Un lugar en el que fuera posible reflejar una realidad, un sitio donde recrear “un personaje más”. Esto es, el pueblo.

Lo positivo, que los actores pudiesen experimentar “lo que atañe vivir en un pueblo con las casas como antes”, transmitir cercanía, porque así lo vivían. Como anécdota, cuenta, los actores y el equipo técnico se llevaron algún que otro golpe por las alturas de las puertas y la falta de costumbre. “Que fuera un escenario tan real jugaba a nuestro favor, nos permitió trasmitir realidad y hacer ver que los urbanitas que llegan al pueblo se encuentran con problemas que no tienen en las ciudades”, apunta.

En cuanto al paraje, el soriano quiso recoger todas las dificultades para que las tuvieran los propios personajes, por lo que optaron por grabarlo todo allí. “Al final, es una dificultad que se puede encontrar cualquier urbanita que llega al pueblo con las casas antiguas, los techos muy bajos… todas esas dificultades yo quería que las tuvieran realmente los propios personajes. Una vez allí, le propuse a Alberto grabarlo todo en Valdelavilla, aunque llevara más tiempo y tuviésemos más dificultades para iluminar o insonorizar. No hemos hecho nada en plató, pero nos ha dado como resultado una realidad que un plató no la tiene”, explica.

Un placer para los actores

Aunque Valdelavilla es el centro de todas las grabaciones, el director narra que otros lugares de la provincia han sido protagonistas de algunas escenas, para las que requieren una doble unidad. “Un día normal podemos estar allí entre 80-100 personas trabajando. Otros días, hay un equipo rodando en el pueblo, que no todos los días se graba allí, mientras que hay otro rodando, por ejemplo, en la zona del chorrón, en San Pedro Manrique o en Soria capital. En ese momento, doblamos equipo porque hay uno entero rodando en Valdelavilla y otro por la provincia”, argumenta.

La tranquilidad y la posibilidad de visualizar los alrededores de la aldea despoblada de Tierras Altas supuso también una oportunidad para los actores para desconectar. “Todos vivimos allí en los días de rodaje y de trabajo. No todo el mundo vive en Valdelavilla porque no cabemos, pero la mayoría de actores, producción ejecutiva, Alberto, yo… vivimos allí. El equipo técnico vive en otros pueblos de alrededor como San Pedro Manrique. La experiencia es casi como un ‘Gran Hermano’, pero supone toda una desconexión. De hecho, muchos actores no se van el fin de semana, se quedan allí”, cuenta.

De hecho, ha sido tal la acogida por parte de todo el equipo que, lo que empezó para Roberto Monge como una aventura en la que hacía de guía se ha trasformado en un lugar con actores que conocen la zona casi mejor que el soriano. “A Santi Millán, por ejemplo, le encanta ir en bicicleta y cuando tenía tiempos muertos salía muchísimo por allí. Con otros actores yo también he estado de guía turístico, aunque muchos otros han ido conociendo la provincia incluso mejor que yo”, señala entre risas.

Soria en el mapa

Sobre su labor de difusión y promoción de la provincia, Monge destaca por su humildad y cuenta que su objetivo es poder aportar. “No sé las cifras, pero sé que hay millones de personas viendo Soria en sus televisores y creo que eso puede ayudar”.

Con respecto a la despoblación que experimenta la zona, el director soriano considera que, “gracias a la serie” es un tema que se escucha un poco más porque ha generado turismo. No obstante, destaca la importancia del guion para dar un carácter especial a la trama y llegar a trasmitir, en forma de comedia, la realidad del pueblo. “Es una serie que está muy bien escrita, los personajes le dan una esencia que la gente había olvidado. No son seres extraños, son personas como podemos encontrar en cualquier sitio”, añade.

En relación a aquellas personas que se han sentido molestas por la representación, Monge aclara que se trata de “una ficción y se tiene que entender así porque no se ha querido mostrar cómo hablan exactamente los sorianos”. La esencia, dice, es que “se ha logrado que tenga un carácter especial en sí misma, aunque esté grabada en Soria, que ese es el gran logro también”. Respetuoso ante las opiniones recalca que lo importante es que “pone a Soria en el mapa y eso es bueno”.

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