El cuarto desaparecido-asesinado es Joaquín Borrego Reyes. Sus dos hijas, que aún viven, recibirán sus restos mortales.
Las pruebas genéticas realizadas a los restos mortales de la única persona que faltaba por identificar de las encontradas en La Riba de Escalote han resultado positivas. El cuarto desaparecido-asesinado es Joaquín Borrego Reyes, funcionario de Hacienda en la capital soriana, detenido el 21 de julio en la misma.
La comparativa genética con la muestra biológica de su hija Manuela Borrego “ha proporcionado una probabilidad de Parentesco Biológico padre/hija del 99,9999999996%”, según el Informe de Identificación Biológica.
El 4 de septiembre de 2021 la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad hacía, tras un paseo de visibilización por la ciudad y en un acto en homenaje, entrega a sus familias de los restos mortales de tres personas asesinadas-desaparecidas en la Riba de Escalote. Se trataba de Gregorio Valdenebro, Adolfo Morales y Alberto Rodrigo. Las tres personas habían sido identificadas por el Instituto de Medicina Legal y ciencias forenses dentro de un proceso judicializado desde el momento que aparecieron los primeros restos mortales humanos el 24 de julio de 2019.
El juzgado dejaba sin identificar a la segunda persona encontrada en la primera de las dos fosas comunes donde se hallaban los cuerpos. Hasta la realización de las pruebas genéticas del IML, se había creído, gracias a los testimonios y la documentación recogida, que la cuarta persona asesinada- desaparecida era Silverio Lumbreras. Pero las pruebas realizadas en el IML no eran concluyentes y el juzgado cerró la causa sin investigar sobre quién se trataba. La Asociación Recuerdo y Dignidad, tras extraer en una exhumación muestras biológicas de los padres de Silverio, a través de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y con la ayuda del Ayuntamiento de Soria, y pagar unas pruebas de urgencia ante la llegada de la fecha de homenaje y entrega de los restos mortales a las familias, concluyó que el cuarto desaparecido no era Silverio Lumbreras Pérez.
Tanto Silverio, como Adolfo, Gregorio y Alberto fueron extraídos de la cárcel de Almazán el 16 de septiembre de 1936, pero el mismo día lo habían sido también otras 9 personas, varias de ellas desaparecidas y reclamadas por sus familias, como Joaquín Borrego o Recaredo Martín Martín.
Los restos del cuarto desaparecido encontrado en la Riba mostraban características que hacían suponer que se trataba de una persona muy joven. No mayor de 20 años y Joaquín Borrego contaba con 30 años en el momento de su desaparición. Aun así se decidió llevar a cabo los análisis genéticos de comparación con su hija al habérsele tomado una muestra de ADN tras el resultado negativo de la comparativa con Silverio.
Cuando la Sociedad de Ciencias Aranzadi comunicó el resultado positivo se desató la euforia en Recuerdo y Dignidad y la alegría en la familia Borrego. A la mayor brevedad posible, los restos mortales de Joaquín Borrego serán entregados a su familia durante la realización de un sencillo homenaje. Las dos hijas de Joaquín Borrego todavía viven.
Joaquín Borrego Reyes nació el 12 de enero de 1906 en Madrid, era hijo de Joaquín Borrego Luelmo y Manuela Reyes López. Fue vecino de Madrid la mayor parte de su vida.
El 8 de diciembre de 1932 se casó con Romualda Juliana Pascual Moya, natural de Fresno de Torote (Madrid), hija de Salvador y Dorotea. Residían en Madrid cuando Joaquín Borrego aprobó la oposición a funcionario de Hacienda y lo destinaron a Soria hacia el año 1934.
En Soria trabajaba como Oficial de Tercera del Catastro de la Riqueza Agrícola y vivía en la Plaza de Abastos de la capital, donde residía con su mujer y sus dos hijas.
En la mañana del día 21 de julio de 1936 dos policías, conocidos de Joaquín, fueron a buscarlo a su casa para que los acompañara a declarar. Se lo llevaron por un delito de auxilio a la rebelión porque le culpaban de pertenecer al Partido Socialista Obrero Español. Ese mismo día lo internaron en la prisión provincial de Soria, donde permaneció dos jornadas. Así, el 25 de julio de 1936 lo trasladaron a la cárcel de Almazán.
A los dos meses, el día 16 de septiembre, lo sacaron de la cárcel junto a otros presos, entre ellos el joven Adolfo Morales. Subieron a varios de ellos, atados de pies y manos, a una camioneta y se dirigieron dirección Berlanga de Duero. No llegaron, en un paraje de la Riba de Escalote los tiraron a una cuneta y les dispararon desde arriba. El 16 de septiembre de 1936 fusilaron a Joaquín Borrego Reyes, tenía 31 años.
Como en otros muchos casos, no se notificó su defunción, por lo que el 20 de octubre de 1936 se le abre expediente gubernativo por abandono del servicio. Como consecuencia del “abandono de destino del funcionario del Catastro, Joaquín Borrego”, el 2 de diciembre de 1936 se acuerda su separación y baja definitiva del servicio como funcionario público.
Es su mujer, Romualda Juliana, la que solicita la declaración de fallecimiento de su marido, ya en 1978. Pero aquí no acaba todo, tras estudiar la solicitud hecha por Romualda 41 años después, dan por fallecido a Joaquín Borrego a fecha de 31 de diciembre de 1946, puesto que establecen que deben darle por fallecido diez años después desde que se tuvieron las últimas noticias; pese a que en varios documentos se reconoce explícitamente que fue detenido por las fuerzas gubernativas, encarcelado y fusilado - desaparecido.
En el año 2006 su hija Manuela inicia la búsqueda de los restos y la historia de su padre.