Soy de izquierdas

Seguro que cada uno tiene ya su propia reflexión sobre las causas de la incontestable victoria de Soria ¡Ya! Con independencia de esas causas, el resultado me parece preocupante, principalmente porque se ha materializado la victoria de aquellos que alardean de carecer de ideología.

Es dramático que una persona de izquierdas haya confiado su voto a una formación política, que aseguró que podía pactar con aquellos que llevan destrozando Castilla y León 35 años, e incluso con la posibilidad de entenderse con la extrema derecha. Pero así ha sido. Es evidente que ha habido un número importante de personas progresistas que han abandonado principalmente al PSOE. Por algo será y habrá que reflexionar.

No me resigno a que este gesto rotundo de desconfianza hacia la izquierda se repita en próximas elecciones. No quiero creer que, jugando con la remota posibilidad de ser determinantes en Madrid, las personas progresistas entreguen su voto para intentar mercadear con la aprobación de unos Presupuestos Generales. Sobre todo, teniendo en cuenta que Teruel Existe ha tenido ya esa posición en el Congreso y no ha conseguido nada extraordinario para su provincia, quedando muy por detrás de Soria en inversión.

Soy de izquierdas y militante del PSOE por varias razones, pero la más práctica es que conozco su programa, y qué posición tendrá en cada una de las leyes que aprueban las Cortes. Promueve y vota a favor de leyes como la reforma laboral, la subida del SMI o las pensiones y la ley de eutanasia, incluyendo además en los PGE la “fiscalidad diferenciada”, por ejemplo.

Con el auge de la extrema derecha habrá que votar por mantener las leyes de igualdad y protección a la mujer y sus presupuestos, las que me permiten casarme con mi novio y formar una familia o recuperar la memoria de España. La abstención de quienes “no tienen ideología” es colaboracionismo en la destrucción de derechos y libertades.