OPINIóN
Actualizado 03/03/2022 10:53:29
Tribuna de invitados

El partido de Santiago Abascal en Soria responde a la carta de Pilar de la Viña Guzmán, presidenta de Antigona Soria, publicada por Soria Noticias. En una misiva remitida a este medio hablan de “involución democrática”, acusan a los medios de comunicación de “validar” cualquier opinión para “estigmatizar” a quien piensa diferente. Vox denuncia que las asociaciones de mujeres están controladas por el PSOE y regadas con dinero público y reclama que el agravante de la violencia debe ser la relación sentimental y no el sexo. Este es el texto.

Resulta alarmante que se valide que cualquier persona, asociación o partido político se involucre estos días en un proceso de involución democrática ejecutado sin rubor por el altavoz mediático de los medios de comunicación que apenas ofrecen cobertura al programa electoral de Vox pero que repiquetean postulados tergiversados y acciones que significan un claro retroceso de la calidad democrática de un país -se cuestiona la legitimidad de unos resultados electorales- y de la libertad de expresión individual ya que se estigmatiza a quien piensa diferente. Es siniestro además que se haga precisamente en aras a una supuesta llegada de un retroceso de derechos.

Entrando en cuestión acerca de los párrafos de la carta, vertida desde esa supuesta superioridad democrática y moral que las políticas de izquierdas dan a las personas que las defienden, es imposible no detenerse en los postulados.

Habla esta asociación de derechos conseguidos de la mujer arrogándose un mérito del que carecen ellas y ninguno de los partidos políticos del espectro actual. El único feminismo que se puede arrogar merito y capacidad es el de la década de los 60/70 cuando las mujeres realmente y después del advenimiento de la píldora anticonceptiva lograron vivir en libertad su sexualidad. Igualmente precipitaron su incorporación al mercado laboral sin consentimiento del hombre y otra serie de logros de vital importancia. Aquellas mujeres fueron adalides de una auténtica revolución femenina y feminista que nunca tuvo que enseñar un pecho, bailar esperpénticamente ni cantar consignas copiadas de Sudamérica.

Esta asociación que se arroga méritos y denodadas luchas nace al albur de los 25.000 millones de euros que la Unión Europea ofreció a Zapatero en 2004 -curiosamente el año de creación de la asociación que nos ocupa- ; hasta entonces se hablaba de 50.000 denuncias al año , que se convirtieron de golpe en 2 millones gracias a un proceso fraudulento de encuestas cuyos filtros encaminaban a ofrecer el incremento de “violencia machista” que se requería para poder acceder a los fondos europeos -así se atestigua en el informe ICEBERG que desveló aquella chapuza metodológica del recién creado Instituto de la Mujer-.

25.000 millones para consejerías, federaciones del lobby de la mujer, todas controladas por el PSOE:

-Federación de mujeres, Federación de mujeres separadas y divorciadas, Federación de mujeres progresistas y Asociación de juristas TERMIS.

Todas estas federaciones acaparan desde entonces todos los fondos europeos, repartidos después a todas las asociaciones feministas, junto con despachos de abogados y psicólogos afines a la causa, algunas como Infancia Libre cuyos delitos son convenientemente minimizados por los mismos que elevan al infinito estas “alertas” del colectivo.

Todo ese dinero para no mejorar las estadísticas desde el 2004, eso es lo más grave, que no han logrado ninguno de sus supuestos objetivos, así que disparan cortinas de humo como esta carta a uno de sus benefactores.

Si pasamos a descifrar la ley que tanto veneran entendemos que la ley Penal debe dejar claro que la mujer debe ser protegida en cuanto a su vulnerabilidad no por el hecho de pertenecer a un sexo. En el caso que nos ocupa, su inconstitucionalidad fue reconocida por el propio Alfonso Guerra, es público el video con sus declaraciones.

A la mujer la defiende el Convenio de Turquía, ése que estas mujeres pervierten a su antojo y que habla de violencia contra las mujeres, pero incluye la violencia doméstica y reconoce que los hombres también pueden sufrirla.

El convenio protege a todas las víctimas y reconoce que la mujer lo es en más y peores formas. Pero en los delitos que regula no distingue el sexo de la víctima. Se protege a las víctimas por los actos no por el sexo.

Cabe destacar, y aquí viene lo importante, que por género se entenderán los papeles, comportamientos y atribuciones socialmente construidos que una sociedad concreta considera propios de hombres o mujeres. No existe el género como sexo sino como rol, el sexo pertenece a la biología y el tema de la construcción de género a una doctrina ideológica de la cual discrepamos.

Por violencia contra las mujeres se deberá entender una violación de los derechos humanos y una forma de discriminación contra las mujeres y designará todos los actos de violencia basados en el género que puedan implicar para las mujeres daños o sufrimientos de naturaleza física, sexual, psicológica o económica.

Desde Vox abogamos por una ley de la Violencia doméstica, que es aquella que se produce en la familia, en el hogar, entre cónyuges o parejas de hecho.

El agravante que se reconoce es la violencia contra la pareja independientemente del sexo, y el castigo será igual. En definitiva, no hay nada en el Convenio de Estambul que avale la asimetría penal de España. Hombres y mujeres deben ser castigados por sus actos independientemente de su sexo, esa es la igualdad real en la que creemos. Criminalizar al hombre es una posibilidad, nosotros desde luego no lo haremos y estaremos enfrente del que lo haga.

Que nos hagan el favor estas mujeres de respetar a nuestras madres, hijas, abuelas, esposas “permitiéndoles” que vivan su sexualidad y su derecho al voto como les dé la real gana. Los fascistas del futuro son estos tolerantes con “pero”, éstos que denigran a la mujer, al homosexual, al hombre si se identifican con las ideas de Vox.

La convivencia y la libertad ya están en peligro en esta tierra y en España con el totalitarismo atornillado por estas personas que hacen mucho activismo político -mencionan la ley de Memoria histórica como si también fuera competencia de su radio de acción- y resuelven poco el problema del que dicen ocuparse como muestran las estadísticas.

Menos dinero para ellas y más para juzgados y cuerpos policiales, para viviendas de acogida y, en definitiva, para las mujeres afectadas. Ese es el esfuerzo político que debemos hacer y que proyectamos hacer. Representamos a millones de hombres y mujeres así que, por favor, continúen desempeñando su papel actual, es el mejor argumento que refuerza nuestro programa electo.

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