La II Estrategia ha trascendido la vertiente más puramente educativa, involucrándose en los retos de sostenibilidad de empresas, centros escolares y Administraciones Públicas.
La II Estrategia de Educación Ambiental de Castilla y León ha logrado el grueso de sus objetivos. Esta es la conclusión que se extrae de la evaluación final realizada, entre diciembre de 2021 y febrero de 2022, por parte de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de Castilla y León en colaboración con la consultoría internacional INFYDE. En esta evaluación han participado, a través de encuestas, entrevistas y mesas de trabajo más de un centenar de actores públicos y privados del ecosistema de educación ambiental de Castilla y León. Esto ha permitido contrastar, desde muy diversos puntos de vista, los enfoques, actividades y resultados de esta estrategia.
La II Estrategia ha invertido, entre 2016 y 2020, un total de 8.323.516 euros en 835 actuaciones muy diversas (cursos, jornadas, campañas, Sello ambiental, premios, etc.) que han movilizado a un número muy importante de personas y colectivos vinculados a los diferentes grupos de interés (niños, mujeres, jóvenes, adultos, trabajadores, personas con discapacidad, etc.). El número global de participantes se ha elevado a 2.060.359.
Los índices de satisfacción con las actuaciones, tanto de los destinatarios como de los organizadores, han sido muy altos durante todos los años. En una escala del 1 al 10, la valoración media ha superado el 9. La II Estrategia, además, se ha hecho presente en espacios muy diferentes: centros escolares, empresas, ámbitos rurales y urbanos, áreas naturales, ocio, ámbito familiar, etc. Ha contribuido notablemente a definir y visibilizar el ecosistema de educación ambiental de Castilla y León.
Hay que recalcar que algunos de los programas de la II Estrategia han ido más allá de la perspectiva propiamente educativa, adhiriéndose a los desafíos de gestión sostenible de empresas, centros escolares y Administraciones Públicas. Se han dado pasos importantes en implicar al tejido empresarial con el ecosistema de educación ambiental, estableciéndose, muchas veces por primera vez, ámbitos de trabajo en común entre empresas y entidades educativas especializadas.
En realidad, uno de los aspectos más significativos, que se han evidenciado a lo largo de todo el proceso de implementación de la II Estrategia, ha sido el carácter colaborativo en la formulación y puesta en marcha de las actuaciones, involucrando así a entidades diferentes (Administraciones Públicas, ONG, centros escolares, empresas, etc.).
En este sentido es necesario subrayar, por ejemplo, el fortalecimiento de las líneas de colaboración con los Sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (SRAP), como son Ecoembes, Ecovidrio, Ecolec, Recyclia, etc.
A esto hay que sumar que los programas han incluido, a veces, algunos contenidos de carácter vanguardista o más actuales, relacionados con temáticas más acuciantes como, por ejemplo, economía circular, cambio climático, reconexión con la naturaleza, ecoinnovación, bioeconomía, etc.
No puede perderse de vista que una de las principales aportaciones la II Estrategia ha consistido en definir e implementar el Sello ambiental “Centro Educativo Sostenible”, mediante la colaboración entre la Consejería de Fomento y Medio Ambiente y la Consejería de Educación. En total, han sido 56 los centros escolares acreditados. Esto está favoreciendo la ambientalización de los centros escolares y su compromiso con la cultura de la sostenibilidad (ahorro de agua y energía, prevención y reciclaje de residuos, huertos escolares, ecomovilidad, etc.). Previsiblemente, a lo largo de los próximos años, se irá incrementado el número de centros escolares certificados.
El COVID–19 no ha paralizado la II Estrategia. Aunque en 2020 el número de actuaciones fue menor que en años anteriores, muchas lograron realizarse, si bien con las restricciones de aforo, las exigencias de distancia social y a veces la puesta en marcha en modalidad no presencial. De hecho, de cara al futuro, será pertinente continuar organizando algunas actividades no presenciales, a la vista de los resultados positivos que se han cosechado.
La evaluación de la II Estrategia también ha incluido una batería de propuestas dirigidas a orientar la formulación de la III Estrategia de Educación Ambiental que la Consejería de Fomento y Medio Ambiente prevé elaborar durante los próximos meses. La meta consistirá, por ejemplo, en consolidar los logros obtenidos; apoyar la profesionalización de los educadores ambientales; favorecer el acceso a recursos económicos de entidades especializadas en educación ambiental o alinearse con otros instrumentos públicos y marcos estratégicos implicados con la sostenibilidad.