Artículo de opinión de Alejandro Ramos, profesor universitario y secretario de NNGG Soria.
La celebración de un acto congresual es uno de los actos más importantes de cualquier organización. El Partido Popular confía en Alberto Núñez Feijóo y, en su experiencia contrastada de más de veinte años, para liderar, con unidad y sin complejos, la presidencia nacional del partido y, en consecuencia, la presidencia del gobierno en las próximas elecciones generales.
Feijóo se presenta ante sus afiliados como un político con una amplia trayectoria en la gestión pública, formado, tranquilo, sensato, con un discurso equilibrado, cercano con las personas y sus problemas, y con una gran ambición para cambiar la política nacional de nuestro país. Se aleja de las minorías radicales y apuesta firmemente por conseguir una gran mayoría “centrada” y sosegada.
No anuncia recetas mágicas, simplemente aplicará el sentido común. Considera que, cualquier gobierno, en vez de buscar problemas, tiene que estar volcado en resolver las complicaciones de sus ciudadanos y dejarse de intereses partidistas o regionalistas. En estos momento, España necesita, más que nunca, pactos de Estado consensuados y posiciones comunes que aúnen el sentimiento de todos los españoles.
“No vengo a insultar a Pedro Sánchez, vengo a ganarle”. Esta es la frase que resume perfectamente cuál es el objetivo de Feijóo: volver a dejar una España mejor y llena de oportunidades. Para conseguir este propósito, es necesario llevar a cabo una política que funcione, compuesta principalmente de tres elementos: un líder sencillo y con seguridad de mando; un equipo sólido, solvente, preparado, que no venga a aprender, sino que ya venga aprendido y, por último, un proyecto centrado en las verdaderas reformas económicas, sociales y de servicios públicos que necesita nuestro país.
Tras la crisis interna que vivimos hace unas semanas, los vientos de noroeste, han devuelto el orden, la ilusión y la esperanza al Partido Popular.