Los sorianos acumulan una vuelta sin conocer la derrota con seis victorias y nueve empates.
Permanecer una vuelta completa sin conocer la derrota significa en la mayoría de casos liderar las competiciones, siempre y cuando la mayoría de los encuentros finalicen en victoria. En el lado opuesto, se encuentra un Numancia que, a pesar de batir una racha de imbatibilidad con 15 partidos consecutivos sin perder, ha sumado numerosos empates que le han alejado de la primera posición.
Con nueve empates y seis victorias, los de Diego Martínez se encuentran situados en la tercera plaza del grupo, con un partido menos que el resto de sus rivales directos, a seis puntos de un filial del Espanyol que ha encadenado cuatro victorias consecutivas y que se ha aupado al liderato de la clasificación.
Esa dinámica de empates, agravada en las tres últimas jornadas, ha sacado a la luz otros problemas del equipo. En primer lugar, uno de los principales fallos del conjunto rojillo en estos encuentros ha sido la falta de gol, producida por una escasez generativa de juego. En esa zona, Carrillo ha bajado prestaciones cuando ha estado tirado a la banda con respecto al mediapunta que deslumbró en sus primeros choques, mientras que Diego Suárez se ha mostrado muy irregular.
Los mediocampistas Cotán, con menos peso en el juego, Tur, con demostrada calidad con auténticos partidazos, y Arellano, más centrado en labores defensivas, han tenido importantes dificultades para contactar con sus compañeros más adelantados.
Si observamos los últimos partidos, el equipo tuvo muchos problemas para generar ocasiones ante un Formentera que jugó con un hombre menos la mayoría del choque. En Prat, es cierto que los rojillos dominaron el juego, pero fueron incapaces de provocar daños al rival en la zona del último pase. Por último, este domingo el Numancia tuvo numerosas dificultades en encontrar a sus baluartes ofensivos, siendo dos ocasiones falladas por Suárez fueron todo el bagaje en ataque del cuadro local.
Analizando a los arietes, Lupu sigue con la misma convicción de cuando llegó, luchando todas las bolas, y Cervero es capaz de bajar cualquier balón por alto, convirtiéndose en un pilar muy importante en el juego aéreo. En esa dirección, el problema que rodea al Numancia está más relacionado con la capacidad de que lleguen balones a esos jugadores, que de aprovechar unas ocasiones que están siendo muy escasas. En ese sentido, los balones colgados, sobre todo por los laterales, está siendo uno de los principales recursos utilizados por el equipo, en una faceta en la que los extremos tampoco están dando todo el nivel que se esperaba de ellos.
Con este contexto, Diego Martínez tiene un duro trabajo por delante. Conjugar la calidad de todos esos jugadores y volver al gen de los primeros partidos en Los Pajaritos, en los que el equipo generaba varias ocasiones claras por partido, será fundamental para seguir luchando por el ansiado primer puesto.