Decenas de coches recorren cada fin de semana el desierto poblacional de Europa. Son turistas atraídos por la serie El Pueblo. Desafían al frío para conocer cada rincón de la ficción, y esto tiene consecuencias en toda la comarca. Para seguir atrapando, hasta finales de abril, se abren varios decorados y se incluyen sorpresas.
Las historias que rodean a Tierras Altas suelen ilustrarse con ayuda de sustantivos como soledad, quietud o paz. No es este el caso. Aunque podría parecerlo, tampoco el de hoy es otro reportaje que acaba vendiendo meras ilusiones. Estas líneas son el reflejo de la realidad y, afortunadamente, este ya es el tercer año de un ‘boom’ que se consolida.
Valdelavilla, localidad perteneciente al municipio de San Pedro Manrique, se vende como una escapada de película y no engaña a nadie. Ha revolucionado el turismo rural desde que Contubernio la eligiese como localización para su serie El Pueblo. Atrae cada fin de semana a decenas de personas dispuestas a conocer cada centímetro cuadrado de Peñafría (su nombre en la ficción). Sin importar el frío o el calor, este punto de la geografía soriana está ‘lleno’ todo el año.
El idilio entre Valdelavilla y Contubernio se produjo en 2018. Roberto Monje, director cinematográfico nacido en Almajano, convenció al equipo liderado por Alberto Caballero para visitar el despoblado recuperado como Complejo de Turismo Rural (por la Asociación de Antiguos Moradores de Valdelavilla y Caja Rural de Soria, entre otros).
Fue amor a primera vista, y comenzaron unos rodajes que revolucionarían la vida en toda la comarca. Durante varios meses al año, ocupan la localidad unas 150 personas entre actores y equipo técnico, con el impacto económico que esto supone en todo el entorno. Los primeros, junto con la dirección y los productores, hacen su vida dentro de los límites de Valdelavilla. Todos los demás buscan cama en los pueblos cercanos. Obviamente, a esto se le añaden otros gastos. Esto “es todo un chute de dinero y de vida”, expresa Celia Sánchez, vecina de San Pedro Manrique, que ha conseguido un empleo como guía en El Pueblo.
El regalo de transformarse en Peñafría llegó a Valdelavilla como caído del cielo y, quizá por esto, pocos imaginaban lo que estaba por venir. El contraste entre urbanitas y pueblerinos enganchó a la audiencia y, desde el verano de 2020, este punto de Tierras Altas se hizo un hueco en las agendas vacacionales de muchos españoles.
Se busca la excusa perfecta, y algunos hacen más de 600 kilómetros para vivir la experiencia audiovisual. Celia Sánchez cuenta que “cada fin de semana tenemos seis pases de visitas guiadas, y el resto de la jornada es un goteo constante de visitantes”.
Los amantes de El Pueblo tienen este 2022 más motivos para dejarse caer por Soria. Gracias a un acuerdo entre Caja Rural de Soria y Contubernio, ahora se puede ver, pisar y tocar las casas por dentro.
Las visitas guiadas abren las puertas de cinco casas y el Consistorio y, al cruzar el dintel, vuelve la magia. Las caras más queridas de Peñafría se dirigen directamente a los ‘allanadores’, para hacer completa la experiencia. “Cuidado con los morcones que los tengo contados”, alerta El Ovejas.
Los ‘selfies’ se suceden sin descanso, porque para el visitante “es genial poder tocar esos objetos que acaban marcando la trama”, explica un fan de El Pueblo que se ha unido a la escapada. Sin hacer ‘spoiler’, estas visitas guiadas descubren trucos audiovisuales y anécdotas que resultan tesoros, para quienes saben apreciarlo.
Estas visitas se alargarán hasta finales de abril. En mayo se cierra El Pueblo, para que sus vecinos vuelvan a correr sus calles con la grabación de la cuarta temporada.