Los nueve grupos finalistas han presentado proyectos de todo tipo relacionados con el aprovechamiento del tiempo al aire libre. Tras una igualada votación final, un grupo del CEIP Doce Linajes se ha coronado ganador.
Eran las 6 de la tarde y el Salón de Plenos del Ayuntamiento lucía el cartel de completo para celebrar la reunión más especial del año celebrada el Concejo Municipal. Los protagonistas de este singular encuentro se acomodaban en sus asientos y trataban de encaramarse para ver a sus compañeros -o contrincantes- por encima de sus mesas. Nervios, susurros, respeto y muchas pruebas de micrófono hasta que el Alcalde dio por comenzado el Pleno de Presupuestos Infantiles.
Los asientos más importantes de la ciudad, los que dirigen su porvenir y su rumbo, estaban hoy ocupados por los sorianos más pequeños que son, precisamente, su futuro. Dos representantes por iniciativa, nueve proyectos finalistas de las veintiséis propuestas participantes se han dado cita para implicarse en la vida política de la capital soriana y aprender valores como la democracia, el poder de la oratoria o la ciudadanía. "Es importante entender que lo que uno piensa no siempre es la mejor propuesta y ahí es donde entra la democracia", ha destacado el Alcalde, Carlos Martínez.
De menos a más, este singular Pleno financiado con la ayuda de la Caja Rural avanzaba con calma pero sin pausas. Los nervios iniciales dieron paso a familiaridades y comentarios, aunque la primera ronda de respuestas transcurrió sin preguntas. "Gracias por vender un proyecto en el que nadie ha debatido nada", ha llegado a apuntar el Alcalde. Pero a medida que el terror daba paso a la confianza los asistentes han podido presenciar un debate político en pleno esplendor, eso sí, regido por niños de entre 8 y 12 años.
Los cruces de acusaciones no tardaron en aparecer. El ambiente llegó a caldearse cuando a la pregunta de cómo se iban a utilizar las instalaciones de la pista de coches teledirigidos en caso de lluvia uno de los plenistas respondió de forma rotunda: “Si quieres ir y mojarte, te mojas y si no quieres mojarte, no vas”. El Alcalde tuvo que entrar a apaciguar el ambiente sugiriendo "neumáticos de lluvia".
Las presentaciones caracterizadas por la sinceridad, la espontaneidad y los argumentos genuinos convirtieron casi dos horas de Pleno en un ejemplo de implicación. Tampoco faltaron fotos de los compañeros ausentes que han integrado estos grupos que, como en la más pura política, no han podido defender sus propuestas junto al resto de sus equipos. Se sucedieron propuestas de la talla de varios ‘pump tracks’, laberintos vegetales, toboganes en los patios de todos los colegios de la ciudad para bajar al recreo desde las clases con “profesores arriba y abajo” para garantizar su seguridad. Todas, eso sí, con la sostenibilidad, las actividades al aire libre y la inclusividad en mente.
La gran final
Precisamente los representantes del CEE Santa Isabel con su inclusiva propuesta “Juego yo, juegas tú, jugamos todos”, con la que pedían una mejora en la accesibilidad de los parques de la zona del Sotoplaya, consiguieron 51 votos y junto al laberinto vegetal de Valonsadero del CEIP Infantes de Lara (54) y la pista de coches teledirigidos (53) del CEIP Doce Linajes se ganaron un puesto en la final.
Los nervios eran evidentes también entre la audiencia repleta de padres, amigos, hermanos y profesores que ya no sabían cómo ocultar su agitación mientras se acercaba el momento decisivo de la segunda votación. Tras unos instantes de tensión y un conteo que tuvo que ser repetido, Daniel y Lucía del Doce Linajes conseguían que la democracia le diera la victoria a la propuesta que habían desarrollado junto a otros tres compañeros. Mientras que Daniel destacaba lo práctico de su propuesta por la dificultad de jugar con estos juguetes en otros espacios abiertos, alegando que “a muchos niños les compran coches teledirigidos y nunca los pueden utilizar”, Lucía se centraba en el tipo de juego que iban a permitir: “Que los niños vayan a jugar fuera y que no estén todo el rato con la play", destacaba.
Se cerraba así una sesión plenaria llena de sinceridad y buenas intenciones en la que los niños han tenido, de nuevo, la opción de influir en el futuro de su ciudad.