El líbero celeste trabaja duro para optimizar su recuperación tras una lesión en la rodilla a final de la pasada campaña.
El líbero madrileño Álex San Martín y Río Duero Soria prolongan su compromiso una campaña más, alcanzando la cuarta temporada consecutiva. En esta ocasión se trata de una renovación más especial si cabe, ya que el jugador sufrió una importante lesión de rodilla en la recta final del curso pasado, lo que le impidió poner su granito de arena en la búsqueda de la siguiente ronda de los play off por el título. Afortunadamente, unos meses después, se acerca su recuperación gracias al trabajo diario y su hambre de volver siendo un mejor jugador.
Más allá del triste desenlace, la temporada de San Martín volvió a ser de un valor innegable para el conjunto de Alberto Toribio. La progresión del jugador continúa y sus números son todo un seguro de vida para la recepción soriana. De hecho, el ranking estadístico de la Federación Española de Voleibol le situaba a final de curso por delante de varios de los mejores especialistas de nuestro país. Junto a sus números en 22 encuentros y 79 parciales, su carácter en la cancha y su cada vez mayor experiencia en la categoría, permiten a Toribio contar con un hombre clave en cancha.
Ahora, el objetivo principal es que el jugador recupere su estado de forma y deje atrás la lesión de rodilla, algo para lo que trabaja muy duro. “Estoy bastante bien, estoy cogiendo bastante fuerza, yendo al gimnasio todos los días y termoinando la rehabilitación”, explica. En estos momentos todavía le quedan tres o cuatro semanas para “estar del todo bien” y encontrarse cómodo en algunas posiciones. Sin embargo, hará todo lo posible por “estar otra vez a tope en agosto”, apunta.
Una renovación que llega fruto de la estrecha vinculación que mantienen jugador y club. “Para mí estar en Soria es un regalo. Siento que es mi casa y no me imagino jugando en otro sitio”, acredita con sentimiento. “La confianza tanto del club como de Alberto Toribio, incluso de mucha gente de la ciudad, me hace sentir importante, con confianza y muy querido. Para mí y mi juego, eso es imprescindible”, relata.